Homenaje a la memoria de Omar Rovelli
Omar Rovelli fue un amante del periodismo, un visionario que estuvo al frente de El Rionegrense por 47 años, medio que forjó bajo tres premisas que flamean en nuestra bandera, responsabilidad, objetividad y espíritu constructivo.
El viernes 20 falleció el fundador y director por 47 años de El Rionegrense, por eso recordaremos parte de la última entrevista realizada para la edición del viernes 6 de noviembre de 2020 conmemorando el 47 aniversario del bisemanario.
Omar Rovelli fue uno de los fundadores del El Rionegrense, retirado, conversó con la edición del periódico para contar un poco de la historia del Bisemanario y sus destrezas en la redacción e información periodística.
Desde joven se notó su inclinación por el periodismo. Era un apasionado de la lectura y de la escritura. “La soledad te lleva a escribir y me di cuenta que me gustaba escribir, sobre diversos temas, sobre lo que te rodea” dichas inclinaciones desde su formación como profesor se mantuvieron. Tanto que durante sus estudios realizados en el Instituto de Formación Docente editaba una revista cultural llamada Cultura 68, que trataba temas que le interesaban al instituto y a la ciudad, y temas de las materias como matemáticas, educación cívica, escritos de física, de distintas materias realizados por sus profesores, “riquísimo el material”. Durante su estancia en la Escuela No 5 José Enrique Rodó, también creó un modesto periódico, que era elaborado artesanalmente y donde escribían niños y profesores de diferentes temas al que llamaron Clamor.
En 1972 Rovelli es invitado por Roberto Castillo a participar en la idea de crear y dirigir un periódico, desde la IMPRENTA El Litoral. Contó con la excelente colaboración de Oscar Julio Perroux, hoy fallecido, y juntos comenzaron a elaborar el periódico con la impresora y letras de plomo que se usaban en esa época, conservando al mismo personal que previamente trabajaba en la empresa que hacia poco había cerrado. Ese equipo de trabajo estaba integrado por Luis Villalba, Noel Piñero y Rodolfo Leal y Julio Perroux quien era el redactor.
En los primeros días de noviembre del año siguiente reciben la notificación de aprobación del gobierno de turno, del permiso para poder salir a la calle con el bisemanario, lo que permitió lograr la publicación de la primera edición de EL RIONEGRENSE el miércoles 7 de noviembre de 1973.
Eran años difíciles para los medios de prensa. Rovelli contó que en una oportunidad fue detenido durante 3 días por unas declaraciones que fueron publicadas, al pasar esas 72 horas y verificar que eran textuales y se le otorgó su libertad. Su esposa, María Cristina Rodríguez, presente en la entrevista relató, que siempre habían militares buscando a Rovelli y constantemente pasaban por su casa.
Al poco tiempo de haber comenzado, Castillo le propone la compra de máquinas y letras que permitiera independizarse. Luego de adquirir la maquinaria y con nuevos equipos, se instalaron en la esquina España y Treinta y Tres Orientales, donde estuvieron durante muchos años. Cambiaron de domicilio en varias oportunidades, luego de un tiempo se mudaron a un local de la ex Cooperativa en Treinta y Tres Orientales casi España, donde hoy está la actual sala de teatro Sin Fogón. Posteriormente estuvieron ubicados en el Parque Industrial, en el Frigorífico Anglo, frente a lo que hoy es el Museo de los Puentes, lugar en el que estuvimos por varios años, y en el año 1999. “Hoy en el año 2020, luego de 47 años al servicio de la población, queremos destacar la inmejorable compañía y el apoyo de Oscar Julio Perroux, quien nos acompañó hasta el 2018 como parte activa del diario y falleció en el 2019. Y a Gabriela Azurica que fue clave en los procesos de dejar atrás el viejo sistema de impresión hasta llegar hasta la digitalización de hoy día, sin contar su calidad humana, que enaltecen aún más su aporte”, decía en ese momento Rovelli.
El Rionegrense fue y continuará siendo un medio que sea fiel a las premisas marcadas desde su fundación. Tres premisas que nos continuarán acompañando responsabilidad, objetividad y espíritu constructivo.
Rovelli es recordado también por su invaluable apoyo a las artes y al ambiente artístico, brindado siempre en su medio de prensa un espacio para artistas emergentes y consagrados de la ciudad. Sobre eso, Hugo Ibarguren reflexionó, “creo que, sea cual sea ésta, es necesario puntualizar y reconocer el aporte que Rovelli hizo al desarrollo de las Artes Plásticas y sobre todo a «la estimativa artística» de la población de Fray Bentos en las décadas del 60 y 70. Tempranamente desde el Instituto Normal en sus clases de Historia del Arte, como también en las múltiples conferencias públicas realizadas fuera de él, brindaría a las distintas generaciones la formación de un criterio estético, tanto de alumnos como en el público en general” y agregó “por todo ello considero que su apreciable contribución a las artes en Río Negro debe ser recordada y puesta en valor por quienes recibimos en su momento, y por aquellos a los que luego les transmitimos ese legado”.