Fue una destacada artista, cantante lírica y maestra fraybentina que se animó a desafiar los miedos y viajar a Europa para estudiar canto. Alba dejó una influencia muy grande en sus alumnos y en su familia.
“Cuando era niño, las venidas de ´´la tía Alba´´ para las fiestas eran una gran curiosidad. Sabía que tenía una tía artista, cantante lírica, a quien disfrutábamos embromar con los típicos aullidos que jocosamente pretendían representar el canto lírico… No esperábamos ni un segundo en escuchar: ¡No, por favor!, en un suplico pedido. Nos divertíamos todos… Porque enseguida venían clases de modulación y respiración. ¡Nadie se salvaba! Y a ella, claro, ¡le encantaba!”, así la recuerda su sobrino nieto, Piero Vittori Tonelli.
El reconocido violinista fraybentino contó más a El Rionegrense sobre ese vínculo. “En mi adolescencia comencé a curiosear cada vez más en su vida profesional. Estando de visita en Fray Bentos, le pedí que me diera clases de canto, ¡y… opa! ¡La tía abuela andaba de vuelo!”, contó. Y continuó “Cuando decidí (junto con mi familia) irme a vivir a Montevideo a los 16 años para continuar mis estudios de violín, fue de las primeras en apoyar esa decisión. De hecho, me acompañó a mi primera clase con el Mtro. Jorge Risi, a quien conocía desde hacía mucho tiempo. De a poco nos fuimos uniendo cada vez más, llegando a tener aquella complicidad que mantuvimos por siempre. Es muy difícil intentar expresar nuestro vínculo, y para no ser autorreferencial prefiero escribir unas líneas de su vida artística”.
Por su parte, su sobrino Carlo Locatelli la recordó diciendo que “en mis primeros recuerdos, tía Alba vivía en Alemania y era cantante de ópera. Todo esto le daba un aura de aventura y misterio. Cuando volvió a Uruguay se instaló en Montevideo, siguió con su carrera artística y se dedicó a la enseñanza, cosechando éxitos, en ambas, en Uruguay y fuera de nuestras fronteras. Siempre independiente, muy luchadora, con fuerte carácter, abrió su propio camino, y también apoyó a otros con su enseñanza y ejemplo”. Piero dijo con cariño que “Conocer a una artista siempre es una gran novedad, y haber compartido tantos momentos juntos ha sido un privilegio. Como ella siempre decía: estoy en paz y protegida”. Alba tenía 28 cuando ganó una beca para ir a estudiar canto a Francia, se animó a ese desafío y estuvo viviendo primero en Francia y después en Alemania.“Imaginen hace 73 años atrás dejar tu ciudad para perseguir el sueño de desarrollar una carrera artística en la capital. Imagínense también hace 63 años atrás armar la valija para cruzar el océano a proyectar ese propósito en otro continente… El mundo era otro, y en ese mundo vivió Alba Tonelli. Fue absolutamente tenaz, vivió por y para la música. Eso era su vida, por eso luchó y de eso se sintió sumamente orgullosa”, indicó Vittori.
El artista la describe como una persona con una “sensibilidad artística tremenda. Profunda, comprometida, con calidad. Una voz sumamente cuidada, fina y personal, como la resaltó Jorge Risi. Fue garante de un manejo extraordinario de su timbre vocal”.
Desarrolló gran parte de su carreta en Alemania, siendo integrante del elenco estable del teatro de Wiesbaden y Bremen. Tonelli regresó en 1983 a Uruguay, y se instaló en Montevideo. Allí resucitó el ´´lied´´ alemán en Uruguay, se trata de una canción lírica breve cuya letra es un poema al que se ha puesto música y escrita para voz solista y acompañamiento, generalmente de piano. Además fue catedrática de la Escuela Universitaria de Música.
Vittori contó que “antes de cantar, siempre traducía los textos al castellano y los leía antes de cantarlos. Esto es algo que la caracterizó como intérprete. Antes de cada obra, leía lo que definió como una interpretación poética de los textos originales. No se trata de una traducción literaria, sino que investigaba el sentido propio de cada una de las palabras en el contexto de la obra”.
Sobre el vínculo de maestra con sus alumnos dijo que “sus alumnos fueron trascendentales en su vida. De cierta forma los ´´amadrinó´´. Su cariño era mutuo, y siempre estuvieron presentes en su vida”.
En sus últimos años de vida, Tonelli estaba radicada en Fray Bentos junto a su familia. En su ciudad natal recibió varios homenajes, destacando su trayectoria, uno de los últimos fue una gala lírica en el Teatro Miguel Young.