Por Javier de León.
El lunes se cerró con el festejo (no, Vuelta Olímpica) de Nacional en el Centenario, coronando el torneo Clausura, y soñando con el título de Campeón Uruguayo.
A falta de una fecha, los tricolores empezaron a ganar cosas. Porque el Apertura, la Copa Uruguay y la sudamericana quedaron como frustraciones, y el logro del torneo Intermedio asomaba como demasiada poca cosa para un equipo con aspiraciones mayores.
Ahora sí, cerró una etapa, el Clausura, con el primer puesto de la tabla. Y además, se aseguró el primer lugar de la tabla Anual, suma de todos los puntos del año.
En la disputa del Uruguayo, lo espera Liverpool, vencedor del torneo Apertura.
La definición del título principal del año es sencilla. Primero deberán jugar Nacional, como campeón del Clausura, con Liverpool, como campeón del Apertura.
El vencedor a partido único, seguramente en el Estadio Centenario el próximo domingo 30 octubre, será uno de los finalistas por el título del Uruguayo.
El otro finalista ya es Nacional, por haber ganado la tabla Anual.
Entonces, si el domingo 30 vencen los tricolores, serán automáticamente campeones Uruguayos. Si gana Liverpool, allí si entraremos en las dos finales decisivas, entre los bolsos y los negriazules.
Con algunos altibajos, Nacional fue justo ganador de la tabla Anual, y Liverpool, justo segundo, porque se quedó con Apertura, fue finalista del Intermedio, y repechó en estas últimas fechas en el Clausura para arrimarse a la punta, aunque no le alcanzó.
Nacional dentro de sus irregularidades, fue el más regular. Tuvo un inicio de año con titubeos, creció a partir de mayo, pero no le alcanzó para el primer torneo del año. Pero en el Intermedio y durante 7 fechas del Clausura, enhebró una serie de victorias que le permitieron despegarse del pelotón.
Dudó al final, con cuatro empates consecutivos, ante Cerro Largo, Defensor, Fénix y River Plate, pero remató el título con las dos victorias ante Albion y Cerrito.
Tuvo siempre la seguridad en el arco de Rochet; el despliegue generoso e inteligente de Carballo en mitad de cancha, incluso con goles; la aparición de Franco Fagundez de mitad de campo hacia adelante; la seguridad de Coelho hasta hace un mes; los goles de Gigliotti en la primera mitad del año, y la frutilla de la torta fue la llegada de Luis Suárez.
Sin ser fabuloso, su aporte fue importante. Y además, encontró, de zurda, dos goles claves: en el Gran Parque Central en un clásico que no se olvida, y ante Albion, a tres minutos del final, para quebrar esa racha de cuatro empates.
Liverpool fue campeón del Apertura, pero luego sintió la salida de dos jugadores claves: el punta Carneiro y el fraybentino Joaquín Sosa. Supo reinventarse en los últimos 30 días, y llega ahora mejor armado a las finales que como había comenzado el Clausura.
Nacional es favorito. Pero nadie es campeón en los pronósticos. Hay que hablar en la cancha, dónde está la única verdad.