Por Javier de León.
Parque Central repleto, fiesta de la ilusión del hincha. Con algunas angustias, resultado exiguo, 1 a 0, pero otra vez clasificación a octavos de final de la Copa Libertadores. Nacional es, por muerte, el equipo uruguayo que más veces ha avanzado luego de primera fase en la Copa en este siglo XXI.
Festejó el hincha, porque su equipo derrotó al Metropolitanos con el golazo de Diego Polenta y está otra vez entre los 16 mejores equipos de Sudamérica. Lo espera en agosto otra vez el Inter de Brasil, Fluminense, Racing, quizás Boca, Olimpia de Asunción, acaso Independiente del Valle. El miércoles 5 julio será el sorteo virtual y allí Nacional conocerá su rival en octavos de final.
Festejó la tesorería, porque en el partido “del millón y medio de dólares”, el tricolor se quedó con la victoria e incrementó su recaudación en este 2023 en Copas internacionales.
Nacional ya lleva embolsados 5.150.000 dólares por su participación en Copa Libertadores. A los 3 millones por jugar primera fase, deben sumarse 900 mil dólares por los tres triunfos obtenidos, y 1.250.000 por jugar en octavos. Una cifra importante para el presupuesto anual.
Vale decir que este año la diferencia entre lo percibido por un grande y otro por concepto de actividad internacional será muy grande, 4 millones dólares para ser concretos. Mientras el tricolor embolsó 5.150.000 dólares por la Libertadores, Peñarol lleva 1.150.000 por su pésima sudamericana.
NO OLVIDAR LAS FORMAS
Pero atrás de la explosión por la victoria, que llegó recién en los descuentos porque durante largo rato el Parque Central quedó inmovilizado por la incertidumbre del resultado, atrás de la victoria deben analizarse las formas.
Nacional tuvo carencias de funcionamiento y ganó porque encontró en una patriada de su mejor jugador, Diego Polenta, el único gol de la noche. Tuvo dificultades en el fondo. Metropolitanos no convirtió por groseros errores de definición.
No tuvo juego en el medio. Ni el Torito Rodríguez ni Jonathan Rodríguez estuvieron finos con la pelota, y los mejores pases y habilitaciones nacían desde el fondo, de los pies de Polenta.
Diego Zabala, desdibujado. Pereiro, en su último partido, apático. Fagundez, que ingresó en el complemento, lejísimo del jugador del año pasado. El Colo Ramírez, lento para las definiciones en el área. El mejor fue Federico Martírez, vivaz por la derecha.
Nacional ganó pero no conformó. Podrá decirse, qué importa!, si clasificó a octavos. Pero las formas también interesan, pensando en lo que vendrá. Se metió en octavos de la Copa, le llegará un rival superior, y en lo local ahora le pisa los talones a Peñarol, a dos puntos. Pero debe conformar un juego colectivo superior, si pretende aprovechar los cachones que el aurinegro dejará de aquí a fin de año, y repetir el título uruguayo.