Por Javier de León.
Nacional se devoró al tercer técnico del año. Ya se había ido Zielinski, en marzo. Y ahora cayó un ganador de dos Uruguayos: Alvaro Gutiérrez.
Llegó el Chino Recoba, técnico de la tercera división y también ídolo del club, para apagar el incendio. En teoría, con contrato hasta el 31 diciembre 2024, pero en la práctica, porque ningún entrenador está firme, si no logra algún objetivo de aquí a diciembre, también será fagocitado por el voraz Nacional.
Recoba debutó y perdió con Deportivo Maldonado. Jugó media hora ilusionante el tricolor, pero los errores defensivos y los horrores del golero Ichazo, lo condenaron.
EL CLASICO, CLAVE
Como mínimo, el Chino tiene por delante dos objetivos: el clásico del próximo sábado 11 noviembre, como local, en el Gran Parque Central, con todos hinchas de Nacional y ninguno de Peñarol, y además, meterse entre los dos equipos uruguayos que clasifican directamente a la fase de grupos de Copa Libertadores.
No es un tema menor jugar la Copa durante los seis partidos de los grupos. A Nacional le representa la cuarta parte de su presupuesto de ingresos esa actuación en Libertadores. Quedar afuera, arrancar desde fases previas y no avanzar, es un golpe muy duro para sus finanzas, y para su presupuesto 2024.
UN VACIO IMPOSIBLE DE LLENAR
Nacional trasladó la crisis deportiva a una suerte de crisis institucional, que amenaza con volar de un plumazo al Gerente Deportivo , Sebastián Taramasco, y poner en jaque a la Directiva, en un año, el próximo, el 2024, en el cual tendrá elecciones en diciembre.
El golpe del fallecimiento del presidente, José Fuentes, no pudo ser absorbido. Hombre contemplativo pero firme, que sabía marcar el equilibrio dentro del club y de su Directiva, generó un hueco imposible de llenar. Si bien Nacional se ha caracterizado durante muchos años en generar camadas de directivos que le garantizaran tener áreas cubiertas más allá del recambio de los hombres, la ausencia de Fuentes fue demasiado grande. Y el club lo sintió.
No será sencilla la recuperación deportiva en las ocho fechas que restan para terminar el Uruguayo. Falta confianza, falta fútbol, y por ende, faltan puntos en la tabla.
Ahora, Nacional está penando, con rumbo errático. Tiene la gran oportunidad en el clásico de pegar un sacudón, que lo devuelva a la senda de la pelea en el final del campeonato. Pero tiene que mejorar mucho. Quizás, demasiado.