Por Javier de León
En un Buenos Aires con el asfalto derretido por el calor, se reunió formalmente el Ejecutivo de la Corporación “Juntos 2030”, que impulsa la candidatura conjunta de Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay para el Mundial 2030.
La candidatura debe ser presentada a fines de este año y la FIFA elegirá la sede del Mundial del centenario en mayo o junio del año próximo.
El gran argumento de Sudamerica es la apelación a la historia. Los cien años de la primera Copa del Mundo se cumplirán en el 2030 y se compromete a FIFA a “cumplir con el legado y retornar con el Mundial a donde todo comenzó“, como expresó el presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez .
Pero no alcanza con la carta romántica de la historia. Es absolutamente imprescindible que estos cuatro países estén en condiciones de organizar un Mundial en forma tan digna como eficaz.
Será necesaria más infraestructura, más inversión, y sin llegar, ni de cerca, a los volúmenes de dinero que manejó Qatar, igualmente las arcas públicas deberán desembolsar recursos, que luego el fútbol y un Mundial retornan.
Ya hay consenso entre los cuatro países que en caso de obtener la sede, la inauguración será en Buenos Aires y la final en el Estadio Centenario.
Nuestro Estadio deberá tener remodelaciones que lleven su aforo a 80 mil espectadores. Por ejemplo, bajar la cancha, colocar más tribunas, quizás cerrar algún anillo. También techarlo, pero sin tocar la Torre de los Homenaje
Las posibles candidaturas rivales no son moco de Pavo. Por un lado, España junto a Portugal, con el agregado simbólico de Ucrania.
También, el deseo expresado por Arabia Saudita de ser sede para el 2030, en una candidatura conjunta con Egipto y Grecia, para sumar así a Europa y África.
El sueño quimérico de hace unos años tiene visos de realidad. Nada sencillo por cierto. Pero con el valor de quienes tienen grandes sueños y empujan lo necesario para lograrlos. Con la dosis necesaria de valentía. Porque hombre cobarde no conquista mujer bonita.