Por: R.B.
Cuando opinamos al respecto, no podemos dejar de lado que nos estamos refiriendo a una institución y por lo tanto, el avance, la gestión y la permanencia en la sociedad traspasa épocas y hace relativos los años. Existe un concepto de continuidad en el tiempo, dado que la entidad, desprendida de todo interés particular, se convierte en una parte esencial de la sociedad, de la comunidad y del ámbito donde ha nacido y reside.
Precisamente, es así como deseamos encarar esta nota.
Cuando en el año 1986 asumía como Intendente Municipal el Dr. Mario Carminatti, había muchas de esas problemáticas que podían ser vistas o entendidas con el alma de alguien nacido en este terruño y por ende, encaradas políticamente con una gran diferenciación.
La generación de fuentes de trabajo se entremezclaba con la realidad de que ese gigantesco ANGLO, con más de seis hectáreas de superficies techadas, había sido, durante ciento treinta y seis años, el corazón latiendo de una sociedad y un vínculo permanente entre el trabajo y la comunidad. Difícil hoy día es imaginar que dos de cada tres personas habitantes de Fray Bentos, trabajaban o dependía intensamente de la actividad industrial del frigorífico.
Las ideas de un «Parque industrial» debía complementarse íntimamente con la existencia de un patrimonio inmenso donde residía el alma de Fray Bentos y del Departamento. Por tanto, la idea de un encare o un enfoque patrimonial estuvo presente desde el vamos. La creación de un Circuito Histórico Cultural y la formulación de ideas para aprovechar y valorar este patrimonio de la industria y de nuestra cultura, fue encargado por Carminatti al funcionario René Boretto Ovalle, Director de Cultura y Turismo de la Intendencia de Río Negro en aquellos momentos. Boretto había fundado, ya en 1968, el Museo Municipal de Historia e Historia Natural en el edificio donde después se le ubicó a la Junta Departamental.
DE LOS SUEÑOS A LOS HECHOS. La acción a partir de 1987, fue encarada, en cuanto a la puesta en valor del patrimonio, con propuestas constantes y contactos externos que permitieran a las finanzas de la Intendencia afrontar las ideas que surgían. Por ejemplo, en 1988, vino a Fray Bentos la especialista inglesa Dra. Sue Millar del Ironbrigde Museum, auspiciada por la Intendencia de Río Negro, la Embajada de Gran Bretaña y el Ministerio de Educación y Cultura. En su visita, la Dra. Millar otorgó un puntual asesoramiento para la tarea iniciada en Fray Bentos y realizó un detallado informe del patrimonio remanente de industrias inglesas en el país, denominado «Industrial Heritage in Uruguay. Its potential for education and tourism.» (Patrimonio Industrial en el Uruguay. Su potencialidad para el turismo y la educación).
Al regreso de un viaje a Rusia, el Dr.Carminatti ya trajo la idea del nombre para la institución: el Primer Museo Nacional de la Revolución Industrial, que se acortó después con el nombre defintivo. En tanto, se comenzó a juntar documentación de valor como libros, planos, descripción de maquinarias, etc.
Sobre la base del entusiasta informe de la técnica británica, el MEC otorgó una subvención de doce millones de nuevos pesos que permitió realizar numerosas obras de adecuación, pinturas, arreglos de techos y vitrinas dentro del proyecto. En tanto, con el asesoramiento de la Dirección Municipal de Planificación y Obras, a cargo del Arquitecto Omar José Britos y con la intervención del Arquitecto César Nogueira (adjunto de la Facultad de Arquitectura), se realizó una primera concepción del circuito turístico-cultural y se reservaron edificaciones y espacios con los fines de aplicación del proyecto del Museo de la Revolución Industrial.
Mediante el intercambio de opiniones y asesoramiento de técnicos de otros países, ya en 1989 se trabajó firmemente en el proyecto, cuyo contenido comenzó a elaborarse y se presentó en 1990 al Intendente Municipal, quien lo elevó directo al Sr. Presidente de UNESCO, Federico Mayor Zaragoza. El proyecto, donde se solicitó por primera vez un respaldo y asesoramiento técnico de la entidad internacional, pasó a estudio del Consejo Internacional de Museos (ICOM).
JUGANDO EN EL ANGLO. También en 1989, el Ministerio de Cultura envió a los profesionales Antonio Díaz y Marita Fornaro los que formaron un grupo de docentes y vecinos consustanciados con la idea del Museo e hicieron estudios variados en torno a la historia del Anglo y sobre la problemática social del habitante del barrio Anglo. Con los maestros y alumnos de la Escuela No. 3 asentada en el mismo barrio, se promovió una recuperación de informaciones y anécdotas, creando un grupo local de investigación con docentes y estudiantes organizando en conjunto la movilización denominada «Jugando en el ANGLO» y la Exposición «Gringos y Criollos» en los salones de la Sociedad «La Estrella».
También se promovió algo totalmente inédito: los niños de la Escuela fueron «guías» para la gente que visitaba el barrio contándole sobre la historia del mismo.
CONTACTOS INTERNACIONALES. Gracias a la visita a Fray Bentos de la Sra. Directora del Instituto Goethe y del Sr. Embajador de S.M. Británica, Mr. Column Sharkey, se decidió un aporte a la idea en marcha, otorgando una beca de estudios en Alemania y un extenso recorrido en Inglaterra por diversos Museos industriales al Sr.René Boretto, a cargo de la organización del proyecto. En esta oportunidad (febrero de 1990), Boretto fue convocado a la sede de UNESCO en París, donde fue atendido y asesorado por el Secretario General del Consejo Internacional de Museos (ICOM) y del Director de Patrimonio de UNESCO. Al regreso a Uruguay, ya se hizo una vinculación directa con la Oficina Regional de UNESCO asentada en Montevideo.
Estas instancias fueron decisivas porque se logró contacto directo y asesoramiento puntual de gestiones con el Liebig Museum de la ciudad de Giessen y con el Museo Tecnológico de Munich (Alemania), el Museo de Ciencias de Londres y con la empresa que fabricaba por entonces los productos alimenticios con la marca «Fray Bentos». Una completa colección de etiquetas de varias fechas se trajeron para el Museo en formación, así como tarjetas promocionales que la Liebig´s Company publicaba en Europa. La gestión de la Sra.Agregada cultural de Uruguay en UNESCO obtuvo trascendente dopcumentación que redidía en los archivos de la Liebig´s Benelux, de Bélgica.
LOS OBREROS FUERON LOS PRIMEROS GUIAS. En la Semana de Turismo de 1990, 5.500 personas visitaron por primera vez las instalaciones del viejo Anglo, algunos de ellos, ex obreros y obreras que se prestaron gustosos y orgullosos a servir de guías para los visitantes, en base a las décadas que habían trabajado allí dentro.
¿QUE HACEMOS CON EL ANGLO?. La Intendencia firmó un convenio marco con la Universidad de la República, lo que permitió que personal de algunas de sus facultades como las de Química y de Humanidades y Ciencias de la Educación, enviaran técnicos para asesoramientos concretos.
Mediante un acuerdo con la Sociedad Karl Duisberg de Alemania, se propició la presencia de estudiantes adelantados en diversas materias (museografía, museología, arquitectura, ciencias sociales, etc.) de Alemania que vinieron a Uruguay en nombre de la institución denominada ASA. El primer grupo estaba integrado por cuatro estudiantes y trabajó entre Setiembre y Diciembre de 1992 dentro del programa destinado al «Estudio y recuperación integral, refuncionalización y puesta en valor de las instalaciones del ex frigorífico Liebig y Barrio Anglo». Dos años después, vinieron más estudiantes para la continuación de la tarea.
Atendiendo al interés de apoyar de las Embajadas, se obtuvo dinero para hacer el primer folleto promocional del Museo pagado por la Embajada inglesa, mientras el Sr. Embajador de la República Federal de Alemania, comenzó a estudiar un proyecto de ayuda para concretar el Museo del Laboratorio de Química “Justus von Liebig” como parte del Museo de la Revolución Industrial de Fray Bentos.
En 1993 se invitó a visitar la ciudad al periodista Charlie Nurse de Inglaterra, editor en Jefe de la Guía Turística llamada The South American Hand Book de la empresa Trade and Travel Publication. Por primera vez, Fray Bentos y la sugerencia para visitar el Anglo, se publicaban (hasta hoy día) en las principales guías internacionales para turistas que visitan Sudamérica. Asimismo, camarógrafos de la BBC de Londres invitados por el Ministerio de Turismo realizaron un trabajo de filmación en Fray Bentos como parte del programa mundial denominado “The World on a plate” («El mundo en un plato») referido a la historia de la alimentación en el mundo, que se publicó en todo el mundo en marzo de 1996.
APORTES IMPORTANTES PARA FORMALIZAR EL MUSEO. En 1996 se obtuvo del Ministerio de Turismo del Uruguay la ampliación del convenio cuyo antecedente era de 1988, para lo cual se presentó un Proyecto de circuito turístico cultural para el Museo de la Revolución Industrial. El convenio, firmado en Julio de 1997, permitía disponer de partidas anuales contra desarrollo de obras, por un total de U$S 250.000,oo. Lamentablemente, la mayor parte de estos aportes fueron reasignados para otras obras y no específicamente para el Museo.
ENCAMINÁNDONOS HACIA LA DECLARACIÓN DE UNESCO. Hacia 1996, el Dr. Louis Bergeron, de Francia (Presidente del Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial), resolvió incluir a Fray Bentos y su ejemplo del Museo de la Revolución Industrial en la lista que se presentaba a UNESCO sobre los sitios de interés mundial sobre patrimonio industrial en el rubro Alimentación.
Esta gestión permitió que representantes de UNESCO fueran abordados durante el desarrollo de la 10a..Conferencia Mundial del TICCIH,realizada en Grecia, recibiéndose de ellos instrucciones y sugerencias concretas para iniciar el trámite ante UNESCO para incluir a Fray Bentos en la lista de Patrimonio mundial.
Hacia el año 2000, se desarrolló un nuevo impulso para el Museo, trabajándose en la musealización de una de las salas del ex edificio donde la Liebig´s Company fabricaba el fertilizante. La sala se inauguró en marzo de 2005, a la vez que el Ministerio de Educación y Cultura y la Comisión Nacional de Museos, otorgaban el reconocimiento a nuestro Museo de Primer Premio a la Gestión Museística integral de los años 2004 y 2005.
UNA VISIÓN Y UN TRABAJO A FUTURO. La tarea desde 2015 en que UNESCO declaró al “Paisaje Industrial Fray Bentos” dentro de su Lista de Patrimonio Mundial, ha sido constante y con una misión muy concreta. Siguiendo las pautas, controles y sugerencias del organismo mundial, se vienen desarrollando proyectos varios y tareas destinadas a poner en valor varios sitios y espacios del viejo Anglo. Tarea muy necesaria pero a la vez un verdadero reto para nuestra Intendencia y para las autoridades nacionales, muchas veces con aportes y respaldo de organismos uruguayos y del exterior.
En realidad, la presencia de un Sistema Patrimonial e Industrial en nuestra ciudad, basado en tan extraordinario conjunto patrimonial puede ser un verdadero motor para hacer marchar el turismo cultural y un compromiso para la comunidad apoyando y respaldando, a la vez que se protege con leyes y obras, ese tan preciado repositorio que se fue generando durante más de ciento treinta años de la mano del trabajo de nuestra gente.