Por Ec Angel Pavloff Marroni
Desde hace unos días escucho y leo con asombro reiteradas citas a las figuras de Mario y Pompo Carminatti desde tiendas del Partido Nacional y del Partido Frente Amplio. Seguidamente aparecen comentarios que tienden a seducir a votantes colorados para que voten a los candidatos de estos partidos y no a los del propio Partido Colorado.
Es una jugada política que entendemos, son las reglas del juego. Lo importante siempre es el respeto con que se dirigen y eso, salvo algunas excepciones de personajes que estarían dispuestos a vender a su madre por un cargo, en general se mantiene.
Durante sus gobiernos, Mario Carminatti fue criticado duramente por ambos partidos de la entonces oposición. Se le criticaba la cantidad de funcionarios, las obras, la gestión de la Intendencia y todo lo que se moviera. Básicamente se hacía una oposición muy poco constructiva, de trinchera, que no le permitía a estos partidos moverse de esa constante estrategia de desgaste permanente del gobernante. El Frente Amplio continuó esta estrategia con el gobierno Blanco, y los blancos han hecho lo propio en el último quinquenio.
A esta altura han gobernado Río Negro los tres partidos políticos tradicionales, pero este hecho transforma esta elección departamental en una competencia por quien hizo el mejor gobierno. Eso no tiene sentido por dos razones, primero porque los líderes históricos colorados no están en la cancha, pero sobre todo, porque nuestros propios adversarios han laudado que Mario Carminatti es el mejor intendente desde 1985 a la fecha. De paso, creo que ha llegado el momento de plantear un reconocimiento a este gran Intendente y mejor persona, en Fray Bentos, Las Cañas, Young y todo el Departamento.
Los ciudadanos de este departamento tenemos el deber de transformar esta elección en lo que debe ser, un análisis objetivo de los datos que salen de los presupuestos y las rendiciones de cuenta de los últimos 15 años de gobierno. Este análisis queda oculto por esta especie de “batalla sin cuarteles” entre Blancos y Frenteamplistas, justamente porque es lo que necesitan para ocultar la primera verdad que resulta del análisis: en 15 años se ha invertido la misma cantidad del presupuesto (no hay diferencias entre ellos).
Ahora, vayamos al fondo de lo que esto implica analizándolo desde esta óptica de trinchera. La pelea es dura y se centra en qué hicieron y dejaron de hacer unos y otros. Unos se jactan, entre otras cosas, de haber hecho más y mejores caminos vecinales, o de atender mejor las policlínicas rurales o a las asociaciones civiles; otros se jactan de haber hecho más calles, de hacer más cordón cuneta o de extender obras más allá de los proyectos originales, entre otras cosas.
Sin embargo, esa necesidad de pelear y diferenciarse, les ha hecho imposible analizar los hechos. En realidad se están peleando por un tema de elección, de gustos y criterios; no se están peleando por lo importante. Ambos han invertido el mismo 14% del presupuesto, ambos han dejado que la burocracia se lleve el restante 86% que todos los contribuyentes de Rio Negro ponemos año a año a través de impuestos. En definitiva, la porción de la torta que destinan a inversión es la misma, simplemente difieren en como distribuyen las migajas.
Nosotros somos diferentes porque estamos proponiendo aumentar el tamaño de la porción que se destina a inversiones, a los servicios que precisan los contribuyentes y que siguen llegando tarde y mal o directamente nunca llegan.
No podemos detenernos a pelear por migajas, como hacen ellos, si por más pelea que hagan la porción de la torta que nos dejan a los ciudadanos es la misma. ¿Por qué se pelean siendo tan iguales? Tenemos la oportunidad de cambiar de verdad, de bajar la burocracia y a aumentar las inversiones. Eso es lo que realmente importa y es el cambio profundo que estamos proponiendo.