El nuevo párroco de Fray Bentos aspira a fortalecer la fe cristiana en la ciudad, pero considera que es un trabajo interno, y de cada uno mantener viva la espiritualidad.
Después de 28 años, Mauro Cardozo vuelve a vivir en Fray Bentos, “desde febrero 1997, que me fui a Paysandú a una casa de discernimiento, una etapa previa a la formación propiamente dicha”, comenzó diciendo. Tenía 20 años cuando dejó la ciudad. El sábado pasado en una misa, fue impuesto formalmente.
“Uno cuando se va nunca piensa a donde va a ir, me fui y no estoy volviendo, estoy viniendo a Fray Bentos después de 28 años, no se puede volver después de 28 años a ningún lado, es una instancia completamente nueva esta”, comentó. “Esto es completamente distinto”, agregó.
Cardozo, fue designado por la diócesis después de estar varios años en Salto. “Me encuentro con una comunidad viva, con un grupo de gente hermosa que le gusta vivir la fe. Me encuentro con un Fray Bentos renovado en un montón de cosas. Me encuentro con una ciudad más grande, con gente preocupada por un montón de cuestiones sociales, y de fragmentación social”, explicó. En ese sentido dijo que hay mucha gente dispuesta a hacer cosas “pero debemos atrevernos”.
El padre explicó que por ahora el desafío principal que tiene es “acompañar la comunidad cristiana, la comunidad de fe”.
“Ser cura y ser párroco y estar al frente de la Iglesia es una realidad a nivel espiritual, y la principal tarea es la espiritual y de acompañar el crecimiento de la fe y la relación con Dios de la gente. Por supuesto, no somos ángeles ni somos seres solamente espirituales. Hay relación también con la sociedad y con lo que es el compromiso social de los cristianos”, manifestó.
“No somos solo una institución social”, aclaró en referencia a la Iglesia. “El principal desafío para mí no es social, es en relación al desarrollo espiritual de las personas. Yo debo acompañar el crecimiento en la relación con Dios de la gente”, indicó. El párroco considera que ese desarrollo implica un compromiso de las personas. “De nada sirve rezar mucho si después no te la jugas en el día a día, con el vecino o con la familia. No hay crecimiento espiritual que no salga para afuera”, declaró. De todas maneras, aclaró que siendo la Iglesia una institución tan fuerte debe abrir las puertas al relacionamiento con otras instituciones de la sociedad.
Cardozo tiene a cargo además de Fray Bentos, también las comunidades de Nuevo Berlín, San Javier y la colonia Tomas Berreta.
El padre tiene como referente personal a José Sanchis, cura que estuvo más de 40 años al frente de la parroquia de Fray Bentos. “Yo me críe siendo adolescente y joven con Sanchis, si bien tuve grandes peleas y discusiones con Sanchis no hay dudas de que fue un gran referente y un gran amigo. A pesar de la diferencia de edad, lo considero un gran amigo. Y se rompió el lomo por esta parroquia”, contó. “Sin dudas es un referente en su forma de vivir, y en su forma de entrega”, indicó. Cardozo recordó que Sanchis marcó a generaciones, por los años que estuvo al frente de la parroquia. “Me gusta ser cercano a la comunidad, pero me gusta hacer cosas con la gente, no cosas para la gente. Me gusta trabajar en equipo y que las cosas salgan desde abajo, no traer una solución ya armada”, explicó. “Puedo dar herramientas, pensar juntos, programar y planificar”, agregó.
El párroco explicó que no le interesa llenar la iglesia de gente “que venga por venir, quiero gente que se comprometa. Quiero gente que cumpla su rol en la sociedad, siendo profundamente creyentes y cristianas. Ahí vamos a transformar la cosa, no en lo que yo pueda hacer como institución” “Queremos que la gente se vaya distinta, creciendo”, finalizó.





