Por Javier de León.
Otra vez, por segundo año consecutivo, Peñarol quedó fuera de la Copa AUF Uruguay ante un equipo de la Segunda División. En la primera edición, La Luz lo dejó eliminado. El miércoles de noche, el City Torque fue quién dejó fuera de carrera a los aurinegros.
El Torque dio la sorpresa, con un fútbol práctico, veloz, eficaz, demoledor, y se quedó con el lugar en la final de la Copa, que se jugará el próximo 22 de mayo en el Estadio Centenario ante Defensor Sporting, con confirmación extraoficial.
Peñarol se plantó con muchos cambios, pues su entrenador Diego Aguirre entendió que debía dar descanso a varias de sus figuras ante la inminencia de actividad continúa por el uruguayo y por Copa Libertadores.
Tiene un plantel interesante, pero no es lo mismo titulares que suplentes. Leo Fernández no tiene sustituto. Maxi Silvera, hoy, tampoco. En el fondo, Javier Méndez se ha asentado, y tampoco da igual su ausencia.
Peñarol tuvo la pelota en la primera parte, pero no controló el juego. El City, cuándo encontró un pequeño espacio, mató de contragolpe. Lucas Rodríguez, figura clave. Logró dos goles, y debió irse con esa diferencia, pero una patriada de Lucas Hernández abrió el camino para el descuento de Milans.
Pareció que el vendaval del grande daba vuelta el partido, pero el actual líder de la Segunda Profesional entendió cómo cerrar el partido: debía lograr más goles.
El tercero de los celestes, sumado a la perfecta expulsión de Leo Coelho, terminó por desmoronar a Peñarol.
Aguirre se quedó sin otra Copa. Ahora va por el Apertura, dónde logró interesante ventaja sobre Nacional, aunque tiene a Progreso pisándole los talones.
En lo internacional, el objetivo no puede ser otro: pasar a octavos de final. En los últimos 20 años, sólo una vez Peñarol superó la primera fase. Fue en aquella formidable campaña del 2011, en la que llegó a la final. Después, y antes, fueron todos fracasos. Veinte años es demasiado tiempo para acumular tantas frustraciones a nivel internacional.