La violencia contra niñas, niños y adolescentes volvió aumentar y en 2022 hubo 20 intervenciones por día en Uruguay. Río Negro no cuenta con un servicio especializado para atender a niños víctimas de violencia.
En Uruguay en 2022 se intervino en 7473 casos de violencia contra niños y adolescentes, según informe presentado por el Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia (Sipiav). Esta cifra, significó unos 20 casos por días. De ese total de casos un 55% fueron a niñas y un 45% a niños. En la mayoría de los casos, un 92%, el abuso se dio por personas del entorno intrafamiliar.
La psicóloga Alejandra Bentancor quien trabaja en el Proyecto Itinerantes de la ONG El Paso en un convenio con INAU, habló con El Rionegrense sobre el tema. “Tenemos un último informe del Sipiav del año 2022, que vuelve a presentar un aumento en la cantidad de situaciones detectadas, si es cierto que hubo más detección porque hubo más respuesta, eso es lo que también siempre se menciona. Particularmente en lo que trata a un tipo de violencia a niños, niñas y adolescentes como es la explotación sexual, también sabemos que hay una mayor demanda, y digo demanda entre muchas comillas, porque hay una conjunción entre lo que tiene que ver entre la violencia sexual y la industria que se ha generado entorno a eso, en la creación de material abusivo, estamos en los países que tiene una altísima producción de material abusivo, a nivel de Latinoamérica. Y en relación a eso sabemos que hay muchas más situación.
Sobre la producción de material abusivo, la psicóloga explicó que muchas veces esto se detecta en otros países que denuncian que el material fue producido en Uruguay. “Muchas de las situaciones que detectamos como situación de abuso sexual, puede haber tenido también con la producción de material abusivo. Todavía nos queda la necesidad de frente a una situación abusiva se debería poder revisar computadoras, servidores, celulares y muchas veces esto no pasa. Muchas veces en lo que tiene que ver con violencia hacia los gurises lo que vemos es la punta del iceberg. Si nos quedamos en la puntita del iceberg si vamos a atender a los gurises por eso, pero nos vamos a quedar cortos”.
La psicóloga expresó que muchas de estas prácticas están vinculadas a redes donde más de 3 personas están vinculadas y se benefician de la práctica de violencia hacia los niños y niñas.
La profesional explicó que “En rasgos generales tenemos que los servicios están desbordados, particularmente Río Negro no tiene un servicio de atención especializado de atención para niños víctimas de violencia” En ese sentido considera que “no tenemos las causas de porque es así, pero todos los departamentos deberían contar con un servicio para la atención y la reparación del daño, porque además tenemos que ver qué hacemos con los gurises una vez que se detectó para recuperar el daño que esa situación ha producido”.
Bentancor dijo que “las personas que abusan sexualmente, que generan material abusivo o que explotan sexualmente a niñas, niños o adolescentes repiten la conducta. Si lo hicieron con uno, lo van a hacer con otro. Es una conducta reiterada. Muchas veces hay una denuncia, no hay pruebas suficientes contra esa persona, y eso refuerza la impunidad”. Además hizo referencia al registro de abusadores, que según explicó solo limita el exceso a cargos públicos “pero esa persona puede volver a su vida normal o comenzar de cero en otro lugar, pero para trabajar en otro lado nadie le va a pedir el registro”. Sobre los abusadores indicó que se habla de trabajar con esas personas, “pero la gran dificultad que tenemos es que los agresores no consideran que su conducta sea un problema”.
Bentancor manifestó que es importante trabajar con los niños desde una perspectiva de derechos para prevenir situaciones de abuso y explicarles que sus derechos no valen menos que los de un adulto. Sobre eso explicó que los adultos deben hablar con los niños y pedir permiso si van a tocar su cuerpo, ya sea para curar una herida “esas prácticas le van a dar pautas al niño que si pasa lo contrario, no está bueno”.
Además indicó que no podemos pensar el abuso como una práctica callejera, porque generalmente son personas que han tenido un vínculo de confianza con los niños.