Por Javier de León
El jueves 16 febrero hubo elecciones en la Asociación Uruguaya de Fútbol: Ignacio Alonso fue reelecto para el período 2023- 2027, luego de haber sido presidente de la AUF desde 2019 hasta el 2023.
La ebullición fue creciendo a medida que se acercaba el acto eleccionario, con acusaciones sin pruebas en los días previos.
Muchas ruido, muchas tormentas con matracas como diría el Cr. Jose Pedro Damiani, pero detrás del entrevero estaba la madre del borrego. El gran conflicto que está arriba de la mesa es la firma del contrato de Derechos de Televisión del fútbol uruguayo a partir del 1 ero de enero de 2026. Esa es la Madre de Todas las Batallas.
Repasemos.
Tenfield firmó su primer contrato en 1998, hace casi 25 años, y a partir del 1ero julio 1999 es la poseedora de los Derechos de televisión en Uruguay.
Desde aquel primer contrato, y en los sucesivos del 2003, 2007, 2012 y 2016, el horizonte temporal siempre estuvo a diez años. Esto es, el final del vínculo Tenfield siempre se lo planteó que estuviera una década por delante. Tiempo más que suficiente para adelantarse a cualquier vaiven que pudiera suceder.
Pero sucedió algo inesperado: este Ejecutivo presidido por Ignacio Alonso, a diferencia de todos los anteriores en los últimos 30 años, desde 1994 hacia acá, NO firmó una extensión del contrato.
Entonces, ahora, el final está más cerca que nunca.
Siempre se contó en años. Ahora se cuenta en meses. Treinta y cuatro meses para el final del vínculo entre la Asociación Uruguaya de Fútbol y la empresa Tenfield.
¿Puede renovar Tenfield ?
Puede, pero no al precio que pretende.
La clave está en el Precio de los Derechos de Televisión, para el 2026 hasta el 2029. Seguro arriba de los 30 millones de dólares por año, quizás 35 millones dólares anuales, miéntras que Tenfield, que no termina de consolidar una oferta, pretende pagar una cifra claramente inferior.
En criollo, la pelea está por el manejo de la Caja.
Se estima que el fútbol uruguayo, entre abonados locales y del exterior, streaming (o sea las emisiones por internet), publicidad, acuerdo con Antel, y derechos para los mercados de apuestas asiáticos, tiene un INGRESO ANUAL CERCANO A LOS 60 MILLONES DE DOLARES.
Obvio, luego hay que descontar Gastos de Producción, Administración, Comercialización, Impuestos,.
¿Cuál es la pelea?
Si Tenfield paga en blanco, o sea por obligación contractual una cifra relativamente baja a los clubes de la Asociación Uruguaya de Fútbol, tiene soberanía para decidir sobre el resto de la abultada caja, y definir cuál es el mejor destino de cada peso acorde a sus intereses.
Pero si la obligación contractual es la que debe ser, bastante más alta, sumado a los Gastos que inevitablemente vienen asociados a producir, administrar y comercializar el fútbol uruguayo, su margen de “libertad” queda notablemente restringido.
La pelea, pues, es por quién “maneja la caja”.
Marzo será tranquilo, Pero a partir de Abril se acelerarán los tiempos y habrá novedades. Por una vía, o por otra, los clubes del fútbol uruguayo recibirán en este 2023 más recursos por concepto de televisación.
Con Tenfield, o sin Tenfield.