Por Javier de León.
Dos derrotas consecutivas en el Campeón del Siglo, quinto lugar en el Torneo Apertura, sin chance de título antes de la última fecha. Cuarto de cuatro en la serie de Copa Libertadores.
Peñarol es el actual Campeón Uruguayo. Pero ha tenido un primer semestre del 2022 de terror en lo deportivo.
Es cierto, ha sufrido una sangría importante de su plantel campeón, y la apuesta deportiva de conservar al goleador Agustín Alvárez Martínez, al menos por seis meses más, no funcionó.
Pero también es cierto que dispuso de recursos para reforzar el plantel, lo hizo, y la gran mayoría de las contrataciones no rindieron.
Este Peñarol perdió el estilo que lo distinguió durante el 2021. Futbol ágil, rápido, por bandas, con llegada.
Hoy está lejísimo, un abismo lo separa con aquel fútbol.
El peor pecado que está cometiendo el entrenador Mauricio Larriera es traicionarse a sí mismo. Frases como “el fin justifica los medios”, no son del cuño del DT.
Este Larriera no se reconoce a si mismo, y se lo nota, en sus gestos, en sus palabras, en sus acciones, que no está cómodo ni con la situación ni consigo mismo.
El Larriera del 2021, luego de perder un Clausura y casi perder un Apertura, llegó al clásico de Copa Sudamericana en el Parque Central hace un año, con un pie en el precipicio. Pero si iba a caer, quería hacerlo con sus convicciones. Y Peñarol jugó aquella noche de julio del 2021 su mejor partido en el año y arrolló futbolísticamente a Nacional, lo que le abrió las puertas a otra fase de Sudamericana.
Este Larriera es otro. No es él mismo, y a esta altura, buscando el fin, que son los resultados, olvidó los medios, que son sus convicciones de juego. Y ya ni juega ni obtiene resultados.
Cuentan desde la interna de Peñarol que el entrenador ha confesado que ha cambiado su estilo de juego porque no cuenta con los futbolistas necesarios. Pero allí también radica un pecado, en la elección del plantel 2022. Responsabilidad del entrenador, pero también de Pablo Bengoechea y Gabriel Cedrés.
Este Torneo Intermedio se inició con derrota ante City Torque, y deberá jugarse con el plantel actual, sin incorporaciones, que recién podrían llegar para el Torneo Clausura.
Para colmo de males, la denuncia por acoso a Lucas Viatri y Walter Gargano, por hechos ocurridos en marzo, trajo más preocupaciones, porque si bien fue un hecho fuera del ámbito del club, resultan inevitables las distorsiones que genera.
Ante Deportivo Maldonado en el Este del país, tendrá otra oportunidad de rehabilitación el DT Larriera.
Generó espalda por el título del Uruguayo 2021, pero la está agotando. Tiene que sumar puntos en el Intermedio para no perder rueda en la tabla Anual. Nacional ya le sacó 5 puntos. Podría recibir refuerzos para el Clausura. Si llega Larriera …