En Río Negro 40 familias integran el programa Familia Amiga, mediante el cual atienden y contienen a más de 50 niños de todo el departamento. Se trata de un plan de INAU que apuesta al desarrollo de los niños en un contexto familiar.
¿Qué es una Familia Amiga? El Rionegrense habló con Lucrecia Falcón Asistente Social que trabaja en este programa y con la psicóloga, Carla Laborde quienes explicaron en que consiste.
Una familia Amiga es una familia que recibe en forma transitoria al niño, niña o adolescente hasta el momento que regrese a su familia de origen, o hasta que el INAU encuentre una solución familiar permanente (adopción) para él. Durante este tiempo las familias contienen y atienden al niño para ofrecerle un hogar seguro para desarrollarse.
Desde INAU entienden que es importante contar con Familias Amigas porque garantizan el derecho de ser reconocido y cuidado en un vínculo de cariño y respeto. Y además brindan protección y cuidado al menor. Esas familias ofrecen un ambiente de seguridad y satisfacción de las necesidades físicas emocionales, sociales y culturales.
Según explicó Falcón hay 40 familias amigas en todo el departamento que atienden aproximadamente a unos 50 niños de distintas edades.
Toda persona o familia puede ser Familia Amiga. Solo deber contar con algunos requisitos, ser mayor de “25 años de edad, con disponibilidad de tiempo, espacio y dedicación” Además debe contar con “ingresos económicos que respondan a las necesidades de su propia familia. Que no estén inscriptos en el Registro Único de Adopciones. Que cuenten con una vivienda en condiciones adecuadas y seguras”
Durante todo el proceso, las familias están acompañadas por un equipo interdisciplinario de INAU. Se trata de un equipo de profesionales que ofrecen “Capacitación y apoyo en la incorporación de habilidades y actitudes que los habiliten a responder a las necesidades de los niños, niñas o adolescentes. Asistencia técnica en aspectos educativos y psicosociales para las diversas fases del acogimiento: selección, capacitación, integración, desarrollo del acogimiento, despedida y evaluación”.
La psicóloga, Carla Laborde explicó «consideramos la familia es el mejor lugar donde el niño se puede desarrollar, es un contexto sumamente favorable que garantiza el derecho del niño a ser reconocido, a ser cuidado, un vínculo de cariño y respeto. La familia es un entorno donde se puede desarrollar plenamente, el desarrollo integral, un ejercicio pleno de sus derechos, donde el niño crece de una manera totalmente distinta a como se puede desarrollar en un contexto institucional. Muchas veces pueden de alguna manera ser discriminados por que lo natural y lo esperable es que el niño pueda vivir en familia. Las normas nacionales e internacionales afirman y establecen que el desarrollo de un niño tiene que ser en un contexto de protección, donde el mejor sistema de protección es la familia, y está claro también que estamos hablando de derechos humanos”.
También contó que a través de la experiencia “hemos observado y afirmamos que los niños resultan mucho más fortalecidos que cuando crecen en un contexto institucional. Desde el plano psicológico podemos argumentar, desde el desarrollo temprano del niño. Las neurociencias dan cuenta de la diferencia que se genera en el cerebro de un niño cuando crece en un contexto institucional a diferencia de lo que es el contexto familiar, donde el vínculo temprano es una enorme oportunidad y claramente se ve en el desarrollo de un niño”.
La familia Rosas.
Cristian Rosas llegó al programa por otro familiar que ya era Familia Amiga, lo hablo con su esposa, sus hijos y decidieron aceptar en su hogar a tres niños y asegura “es una experiencia muy buena”. Después de estar en la disyuntiva si ingresar o no al programa cuando se lo plantean pensó que “era una oportunidad de darle a esos niños una vida en familia, una educación y que tengan herramientas para defenderse en la vida”.
Hoy estos tres niños conviven en familia y pasaron de ser una familia de 4 a ser una familia de 7. Rosas contó que junto a su señora pensaron en que «sería bueno darle la oportunidad a gente que no la tiene, de poder crecer y tener otra perspectiva en la vida»
«Lo fundamental de esto es ver la alegría de esos niños, ver el crecimiento que han tenido, emocional, cognitivo, físico en estos meses que llevamos juntos. Es una experiencia muy buena, muy gratificante, es una experiencia que ayuda a esos niños a tener una noción de familia, perspectiva de vida y cuidado. Uno pone mucha atención, mucho cariño y es una buena experiencia para vivirla. Y aquellas familias que estén en condiciones de acoger a un niño, insto a que lo hagan”, enfatizó. Y agregó “Es un gesto de amor y cariño que deberíamos dar todos y si hacemos un esfuerzo en el INAU no debería quedar ningún niño”.
Rosas explicó que si tiene que hablarle a alguna familia que duda si convertirse o no en familia amiga le diría “Que se animen, que es mucho más lo que uno recibe, que lo que da. Que venimos de una sociedad que pregona los derechos y se olvida de las obligaciones, nos hemos olvidado de las obligaciones que tenemos y que hay muchos niños que necesitan y merecen tener la oportunidad una familia, no importa si la familia es grande, o es chica, si hay dos padres o uno sólo, pero tener la oportunidad y el apoyo de una familia es fundamental para el desarrollo de esos niños”. Además consideró que estar en contacto con estos niños “te sensibiliza mucho más sobre la problemática”.
La familia Palmina.
Esteban y Pamela hace 3 años que está participando del plan. Primero convivieron con 2 niñas y actualmente con un niño de 5 años, que vive con ellos desde sus 2 años y 4 meses.
Esteban contó que “El plan familia amiga es algo que nos ha tocado de forma directa en nuestro pensar, nuestro sentir. Es algo que nos cambió la vida, o mejor dicho, la manera de ver la vida. Es un programa que emocionalmente te educa, te desarrolla o te lleva la empatía a flor de piel, creo que nos cambió hasta la forma de ver la vida. Y a lo largo de estos tres años hemos generado un vínculo con esta personita con la cual convivimos, a la que hemos aprendido a respetar, a conocer, a convivir dentro de nuestros gustos, nuestros aciertos y nuestros defectos. Hemos formado un equipo”.
En ese sentido enfatizó que desde el primer momento lo trataron como un hijo. “Van casi 3 años de disfrutar el programa Familia Amiga”, afirmó.
También contó que participar de este programa les permitió acercarse a otras realidades de otras familias que son distintas a las que había vivido hasta ahora. “Acercarte te permite ver que a veces hay realidades mucho más difíciles que las de uno y uno poder aportar sobre eso”, enfatizó.