Tras un año y medio de pandemia, el acto oficial en conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental que se realizó este martes en el Ministerio de Salud Pública (MSP), se centró en lo que se ha hecho y en lo que se hará para mejorar la salud mental.
Daniel Salinas, ministro de Salud, indicó que la pandemia afectó especialmente a algunos grupos de personas: trabajadores de la salud ‒por el estrés que soportaron‒, quienes viven “en aislamiento”, quienes tenían problemas de salud preexistentes, sumado a que se vio un “recargo en sistemas de salud mental y consultas por problemas de consumo abusivo de sustancias”, legales o no. Indicó que Uruguay tiene un “control significativo” de la pandemia y que se está “en el estadio de transmisión comunitaria 1”, que “podemos definir como un estadio de transición ordenada, responsable, con mayores aperturas”, y que “seguramente, en estos tiempos que vienen, va a haber mayor convergencia entre el interés superior sanitario de mantener este estatus hacia esa mayor apertura a la total normalización”. “Ya nos estamos preparando para la pospandemia”, afirmó.
Salinas habló sobre que en mayo de 2021, la Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) “reconoció la necesidad de aumentar los servicios de salud mental”. Entre los avances que ha presentado el gobierno en este tema, mencionó la implementación de la interinstitucionalidad que marca el artículo 11 de la Ley de Salud Mental, en un proyecto que está siendo liderado por el MSP y el Ministerio de Desarrollo Social (Mides). Asimismo, contó que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) está actualmente en cooperación con consultorías para continuar con el diseño de la infraestructura y de los nuevos dispositivos de atención que deben crearse por la Ley de Salud Mental.
Salinas explicó que se creó una Estrategia Nacional de Prevención del Suicidio 2021-2025 y que se la incluyó dentro de los Objetivos Sanitarios Nacionales, que el MSP está redefiniendo en función de los definidos en 2016.
Por su parte, Martín Lema, titular del Mides, remarcó la importancia de establecer un día para conmemorar la salud mental, y mencionó que en la jornada del domingo, muchas personas a las que los técnicos entregaban volantes sobre la salud mental aprovecharon para desahogarse y contar sus problemáticas. Incluso, hizo mención a una situación particular de una persona que “se quería quitar la vida” y entendió que si transmitía su idea, era porque quería cambiar. “Está el emisor, está el receptor, y tenemos que trabajar en el canal de comunicación”, culminó, y aseguró que se está trabajando en esa dirección.
En tanto, Hernán Montenegro, representante de la OPS en Uruguay, hizo referencia a más allá del daño económico y de pérdidas humanas que hubo durante la pandemia, “han aumentado las tasas de ansiedad, de depresión y de estrés” en la región. Explicó que “se interrumpieron muchos servicios esenciales en salud mental”, como psicoterapia, tratamientos de adicciones y el acceso a medicamentos. Por otra parte, hizo mención a que la Declaración de Caracas, de 1990, llamó “a reformar los servicios de atención psiquiátrica tratando de cambiar del modelo hospitalocéntrico, curativo, de aislamiento de las personas, en muchas ocasiones sin respeto de los derechos humanos, a un modelo del día de hoy, que tiene que ser comunitario, integral, basado en un enfoque de derechos humanos y de red, preventivo”. En ese orden, indicó que se está ante un “doble desafío”: “Reestablecer la conexión entre los servicios y la comunidad” que se vio interrumpida con la pandemia, y “reformar los sistemas de salud mental hacia el modelo comunitario”. Resaltó la importancia de que Uruguay haya creado una Ley de Salud Mental y un Plan Nacional de Salud Mental que apuntan en esa dirección, y para eso comprometió el aporte de la OPS.
Entre las diferentes exposiciones, fueron presentadas dos campañas de sensibilización: una de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH), denominada “Hablemos de salud mental”, y otra de la Comisión Honoraria de Patronato del Psicópata, llamada “Menos prejuicios, más inclusión”.
Por otro lado, Juan Faroppa, presidente de la INDDHH, hizo hincapié en la necesidad de “romper prejuicios” para lograr la inclusión. Dijo que esta campaña es producto “de un trabajo intersectorial sumamente relevante y necesario” que incluyó también a la sociedad civil. “Los derechos de esas personas que requieren atención requieren de un trabajo interdisciplinario, multiinsitucional, es la única salida para construir esos consensos”, afirmó, y señaló que para eso se tienen que “definir plazos que sumen acuerdos con la sociedad civil para plasmar grandes líneas de una política pública”.
Horacio Porciúncula, responsable del área de Salud Mental del MSP, y Alfonso Arocena, titular de la Dirección de Protección Social del Mides, que participa en la Comisión Intersectorial en Salud Mental, también se refirieron a la necesidad de derribar los prejuicios. Porciúncula resaltó que hay empleos que consultan si la persona toma medicamentos psiquiátricos, y que eso termina siendo una barrera para acceder a determinados puestos, cuando no debería ocurrir.
Arocena refirió a que uno de los ejes de trabajo de la intersectorial es la sensibilización, y que “la disolución del estigma es uno de los cambios culturales más importantes”. En una de las campañas, el comunicador Aureliano Folle afirma que “la mayor parte de los hechos de violencia son protagonizados por personas que no tienen problemas mentales”. Arocena insistió en que “no hay ningún tipo de evidencia que vincule la peligrosidad de una persona con los problemas de salud mental que puede presentar”. Además de trabajar con áreas de la educación formal y con comunicadores, Arocena dijo que se apuntará a la sensibilización de empresarios para alcanzar la inclusión laboral y el cumplimiento de las cuotas de puestos laborales para quienes presentan problemas de salud mental.
En otro orden, Porciúncula comentó que en 2020 en el servicio de salud mental del hospital Pereira Rossell hubo menos consultas de niños, niñas y adolescentes por conductas suicidas y por problemas de conducta grave con respecto de 2019 y que, en cambio, se incrementaron las consultas por situaciones de violencia. “En los últimos meses [de 2020] hubo un gran aumento de las situaciones de violencia intradomiciliaria y familiar”, afirmó. En el mismo sentido, dijo que si bien en 2020 se mantuvo el número de suicidios respecto de 2019, se registraron más casos en el segundo semestre. “El hecho de la convivencia de los primeros meses de la pandemia en 2020 tuvo una pseudoimagen de contención, pero poco después esto se disparó en agresiones, en situaciones de violencia, etcétera”, dijo. “También sabemos, porque estamos de alguna manera orejeando cifras para 2021, que esto no terminó en 2020: esto ha seguido creciendo”, indicó, y especificó que se está en denominada “cuarta ola de la pandemia”, como se les llamó desde el inicio a los impactos que se verían, posteriormente, en la salud mental.
Como parte del trabajo interinstitucional que se está realizando, Porciúncula resaltó el abordaje adoptado recientemente por el Mides y el Instituto Nacional de la Juventud en “un departamento que tenía una alta tasa de suicidios”, sobre todo en jóvenes. Se refería a Treinta y Tres. “Nos vimos enriquecidos con la mirada de las organizaciones civiles, con las personas que habían perdido a familiares a través del suicidio, a través de la pandemia o a través de la violencia y nos pedían que tuviéramos respuesta para eso”, dijo. “Vimos a los jóvenes organizados ofreciendo alternativas de ayuda; y habían encontrado en la plaza pública la posibilidad de compartir escuchas, y eso, de alguna manera, funcionaba como un elemento de contención”, resaltó. También mencionó que en el departamento faltan psiquiatras y, principalmente, psiquiatras infantiles. Para paliar esa carencia, dijo que se pensó con la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) en la posibilidad de recurrir a la telemedicina para capacitar a médicos del primer nivel de atención, porque “si esperamos a tener el número necesario de profesionales nos va a llevar la vida, y la vida se la está llevando alguna de las alteraciones de salud mental”, advirtió.
Tal como lo había adelantado Salinas, Porciúncula habló sobre la aprobación, por parte de las autoridades del MSP, de la Estrategia Nacional para la Prevención del Suicidio 2021-2025 que elaboró la Comisión Nacional Honoraria para la Prevención del Suicidio, anunciando que el viernes comenzará a funcionar una comisión de expertos que reúne a integrantes de la academia y de organizaciones de la sociedad civil.
Luego, Jimena Píriz, adjunta de la Dirección de Salud Mental y Poblaciones Vulnerables de ASSE, habló sobre la formación de un equipo para trabajar en diferentes niveles de atención para prevenir la conducta suicida, mejorar el seguimiento asistencial de quien consulta por un intento de autoeliminación y de los registros. Dijo que se fortalecerá la Línea Vida 0800 0767 y el nexo con el sistema de salud “para que, en caso de ser necesario, las derivaciones sean más ágiles”. Agregó que se está trabajando en el plan interinstitucional de prevención del suicidio en adolescentes y jóvenes, con “énfasis en el bienestar psicosocial”.
Cambio de modelo asistencial
“La Ley de Salud Mental plantea un cambio desde el hospitalocentrismo asilar y sanitario hacia una lógica comunitaria de derechos humanos y sociosanitaria”, afirmó Arocena, y remarcó que el trabajo intersectorial busca soluciones en todas las dimensiones: sanitaria, social, educativa, cultural, habitacional.
Habló sobre la necesidad de “romper estructuras” hospitalocéntricas y “reforzar dispositivos que han mostrado efectividad”. Nuevamente habló sobre la necesidad de crear condiciones de empleo, formación, en la sensibilización y en generar sistemas de información que agrupen datos que hoy están dispersos que permitan definir indicadores y monitorear la implementación de la ley.
Píriz indicó que “la Ley de Salud Mental no trata solamente del pasaje de modelo hospitalocéntrico al comunitario”, sino que implica “un cambio de paradigma del cual todos somos parte”. Aseguró que en eso está “el compromiso del directorio de ASSE”.
Porciúncula había mencionado que los equipos de salud mental de ASSE son una fortaleza pero que el problema del prestador público “es el tiempo que demora en dar la consulta”, mientras que el problema de los prestadores privados “es el poco desarrollo” de la salud mental en el primer nivel de atención. Explicó que se trabajará con la Junta Nacional de Salud para reforzar la atención de salud mental en el primer nivel, y que la Dirección General de Fiscalización supervisará su cumplimiento.
En cuanto a la atención en ASSE, Píriz dijo que hay una “merma importante de psiquiatras” y que para revertirla se crearon las funciones de alta dedicación; afirmó que de mayo a setiembre se registró una “reducción de la lista de espera de psiquiatría en la Red de Atención Primaria Metropolitana”. Por otra parte, hizo referencia a que la Línea de Apoyo Emocional que creó ASSE en abril de 2020 (0800 1920) ha recibido hasta el momento 30.500 llamadas.
Píriz destacó, al igual que Arocena, la creación de centros de atención para usuarios problemáticos de sustancias; contó sobre la unidad de desintoxicación que se creará en el Portal Amarillo, así como la creación de dos centros diurnos, uno para personas alcohólicas y otro para policonsumidores, a los que se agregarán casas de medio camino para que pernocten, en coordinación con el Mides.
Ninguno de los oradores se refirió a la fecha de cierre de las estructuras asilares y monovalentes, que debería hacerse en 2025, tal como dispone la ley. Píriz dijo que a las casas de medio camino que existían desde la administración pasada, se le sumó una que se instaló a fines de 2020 en Mercedes y que se está “a punto de abrir una casa en Pando”. Con el Mides trabajarán en la creación de dispositivos de “alojamiento con apoyo y viviendas supervisadas”.
En cuanto a la internación, explicó que el jueves se inauguró el hospital de día de psiquiatría pediátrica en el Pereira Rossell y que es “un dispositivo alternativo a la hospitalización convencional”. En cuanto a adultos, dijo que “será eventual la puesta en funcionamiento de la sala de salud mental en San José” y que continúa en marcha el proyecto para la internación en sala general en el hospital Pasteur. Recordó que se necesitan recursos humanos para dar respuesta. “Estamos en ese camino”, culminó.