Por Javier De León
Gianni Infantino, al frente de la FIFA, sueña y empuja jugar los Campeonatos del Mundo cada dos años, en lugar de cuatro, como ha sido desde siempre, desde 1930, cuando comenzaron a disputarse los Mundiales.
La Confederación Sudamericana de Fútbol al igual que la UEFA (Europa) están en contra. La Asociación Uruguaya de Fútbol tiene igual posición y todo tiene una explicación.
La propuesta de jugar los Mundiales cada dos años no viene sola. Llega acompañada de cambiar las llamadas “ventanas” de la FIFA, que son las que posibilitan los partidos de las selecciones nacionales. Actualmente, al menos en marzo, junio, setiembre, octubre y noviembre, los equipos principales de cada país tienen actividad. Ya sea por un Mundial, una Copa América, Eliminatorias o amistosos ante otras selecciones.
Si avanza la idea de FIFA, las ventanas serán sólo dos por año: en junio y en octubre. Junio para jugar los Mundiales cada dos años, y eventualmente la Copa América, y en octubre para jugar las Eliminatorias.
Entonces, desaparece la actividad permanente de las selecciones nacionales y queda en riesgo hasta la mismísima Copa América, el más antiguo de los torneos entre selecciones del mundo. Comenzó a jugarse en 1916.
Aquella viejo slogan de la década del 70, tener una “selección estable”, que se hizo realidad a partir de los 90, y se consolidó desde el 98 cuándo las Eliminatorias comenzaron a jugarse todos contra todos durante 18 fechas, se destruiría.
El Mundial cada dos años rompería la actividad permanente la celeste, por hablar de Uruguay, y además sería golpe durísimo a las finanzas de la AUF, porque con menos actividad, menos ingresos, y por tanto menos capacidad de contratar un cuerpo técnico permanente.
Otro aspecto que no puede perderse de vista es que los Mundiales cada cuatro años alimentan la ansiedad de volver a ver la competencia durante el cuatrienio, y cuándo por fin llega el momento de la disputa, la expectativa es máxima. Si se repite en el tiempo, cada dos años, hasta puede llegar a hastiar.
Infantino y la FIFA están duros. Las Confederaciones sudamericanas y europeas, en contra. En África y Asia la idea puede seducir, pero sin América y Europa los Mundiales no tienen sentido. La discusión promete ser áspera.