Después de la tragedia de la muerte de varios residentes en el hogar de Ancianos, la directora Técnica, Daura Garaza habló con El Rionegrense “Yo siento que hice lo que tenía que hacer, muchas veces me cuestioné si estaba haciendo lo correcto, pero lo volvería hacer”. Asegura que sintió mucho dolor por los que ya no están a los que considera “familia”. Y que esta situación del hogar quedó en medio de una movida política.
A pocos días de la tragedia en el Hogar Victoriano Sosa, donde el 21 de marzo se detectaron los primeros casos de coronavirus, un día antes de comenzar con la vacunación de los residentes y de los trabajadores. Las ausencias se sienten, fueron 26 los residentes que fallecieron. Solo tres trabajadoras quedaron atendiendo a los ancianos, y en este momento se comenzaron a reintegrar aquellos trabajadores que se enfermaron, y notan la diferencia. Según explicó, la Directora Técnica, Daura Garaza, el proceso de duelo está siendo muy difícil para esos trabajadores que se fueron dejando 63 abuelos y ahora se encuentran con habitaciones vacías. “Para los que quedamos acá, que pasamos toda la tormenta, el proceso de duelo está siendo más sencillo, pero estamos viendo muchas dificultades para los trabajadores que ahora están volviendo, ya que sienten la ausencia, habitaciones vacías, quizás la persona a la que más mañas le hacían ya no está, y eso lo estamos viendo, trabajadores que ahora se están certificando porque no pueden trabajar en esta situación”, contó.
Garaza explicó que se pidió apoyo psicológico para todo el grupo y también especialmente para quien lo necesite de manera individual. Asimismo contó cómo viven las ausencias los residentes. “Ellos lo viven de otra manera, ellos entienden la muerte como algo inevitable y solo piensan que estas personas partieron antes”. “Obviamente que hubo cosas que cambiaron, quizás la persona con la que jugaron a la conga de tarde en la madrugada murió”, explicó. De todas maneras, los residentes están siendo atendidos y monitoreados “hablamos permanentemente con ellos”.
La directora fue una de las tres funcionarias que pasó todo este tiempo junto a los residentes. “Yo ingrese cuando se detectó el virus. Cuando yo ingrese era Covid negativo, eso lo quiero aclarar porque se dijeron cosas que no eran, fue una decisión que tomamos con toda mi familia, lo evaluamos y creímos que era lo mejor”, contó. “Yo siento que hice lo que tenía que hacer, muchas veces me cuestioné si estaba haciendo lo correcto, pero lo volvería hacer”, afirmó.
La doctora entiende que “hubiera sido mucho más sencillo llamar a Amedrin o al Hospital y que se llevaran a las personas, pero les estaría fallando. No les iban a dar una atención distinta a la que le estaba dando yo, y acá estaban acompañados, le estábamos dando la mano, lo calmábamos, les dimos un beso de despedida y eso en otro lado no lo iban a tener”.
Sobre los cuestionamientos que recibió por no trasladar a los residentes se preguntó “¿qué iba a hacer? ¿Llevarlos para que quedaras solos? Yo les di todo, les puse su mejor ropa, los perfume, los acompañe. Yo estoy tranquila y en paz”. Garaza asegura que de ser trasladados el desenlace no iba a ser distinto, “el sistema esta congestionado, no iban a ingresar a un CTI. Los tratamientos iban a ser los mismos que les di acá”. La doctora que tiene formación en medicina paliativa entiende que esa formación fue clave en este momento.
La profesional aseguró “en ningún momento me sentí sola. Me sentí acompañada por mis compañeros que estaban acá, por mis colegas que me daban una palabra de aliento o que me ayudaron cuando necesitaba hacer una consulta. Los buenos amigos se ven en los malos momentos. Siempre me sentí querida, no de ahora, de siempre”.
Pero los cuestionamientos y críticas también aparecieron y de varios lugares. La doctora cree que esta situación del hogar quedó en el medio de una movida política. Sobre eso dijo: “yo estoy tranquila, estoy en paz porque sé que hice todo por ellos, para los políticos ellos eran un número, van 1, 2, 3, 26, para nosotros ellos tenían nombre, sabíamos que les gustaba, eran quienes nos decían buen día, quienes estaban todo el día con nosotros hace tantos años. Compartimos cumpleaños, fiestas, risas”. Además añadió “en el fondo siento pena por ellos (los políticos). Yo siento que quedamos en el medio. A mí lo que me dolió es que muchos de los que salieron a hablar nunca llamaron y dijeron, ¿doctora necesita algo? Hablaron sin saber nada de una situación que era muy dolorosa”.
Para Garaza ésta hubiera sido una oportunidad para “unirnos” en ese sentido considera que “no era momento de dividir, de destruir, era momento de ayudar, de apoyar, de construir”.
La doctora aseguró que “nunca pensé que esto nos podía pasar, cuando empezó la pandemia veíamos situaciones así en hogares de otros lugares y nos tocó”. Tampoco imaginó nunca vivir una situación de pandemia así.
También habló sobre la letalidad y velocidad del virus. “El virus avanza muy rápido, los deteriora en horas, vimos diversas formas en las que empezó y se manifestó. Creo que ningún colega vivió yo lo que yo viví, no es lo mismo que trabajar en una guardia. Acá los acostábamos, les dábamos el beso de las buenas noches y en la madrugada morían. Fue tremendo”, manifestó para finalizar.