Por Javier de León
A las siete y cuarto de la tarde del martes 1ero diciembre estaba programada la semifinal entre Aguada y Nacional en el Antel Arena. Los equipos estaban en el calentamiento, cuando llegó la comunicación del Secretario Nacional de Deportes, Sebastián Bauzá, anunciando que los deportes bajo techo estaban suspendidos al menos hasta el 18 diciembre, y por tanto no podía jugarse Nacional y Aguada.
Fue el epílogo de una larga serie de insensateces durante varios días.
Nacional, el miércoles 25 noviembre tuvo sospechas que tenía un jugador contagiado en su plantel. Realizó hisopado correspondiente, pero sin esperar el resultado, concurrió jueves y viernes al Antel Arena a practicar, poniendo en riesgo al resto de su plantel, y todos aquellos planteles y allegados que en esos días fueron al escenario mayor del basquetbol. Cuándo supo del primer contagio, lo comunicó, ya era viernes para entonces, y así se suspendió el partido previsto para el sábado.
Los contagios finalmente llegaron a 15, entre jugadores, cuerpo técnico y dirigentes tricolores. El domingo, la Federación Uruguaya de Basquetbol fijó el partido para el martes, a sabiendas que el tricolor no iba a poder presentar su plantel principal, pero ante la falta de acuerdo entre los cuatro clubes semifinalistas respecto a otros caminos, y como forma de castigo a la actuación entre jueves y viernes de Nacional.
El lunes Urunday Universitario anunció que no se presentaría a jugar al día siguiente ante Trouville, ante el contacto de dos de sus jugadores con Jesús Rostán, su representante, contagiado de Covid. Pero además, una integrante del cuerpo médico del club tenía frecuente contacto con un integrante del cuerpo técnico de Nacional, contagiado él, lo cual incrementaba los riesgos dentro del plantel de Urunday.
La fecha se mantuvo fijada para el martes. El cocktail estaba pronto para explotar.
El martes fue el corazón del desaguizado general.
Temprano Nacional anunció que no se presentaba, en mail a la Federación con copia a Aguada. Al rato, cambió de norte a sur, y proclamó que jugaría con juveniles y cadetes. En el Antel Arena, salió a calentar, pero su vicepresidente, Alejandro Balbi, apareció en la cancha para ordenar al equipo retirarse.
Casi simultáneamente, en Torre Ejecutiva, se debatían en esas horas las medidas a tomar, que luego serían anunciadas por el presidente Lacalle Pou a partir de la hora 20. Entre ella, la suspensión de las actividades deportivas bajo techo entre el 2 y el 18 diciembre. Pero igualmente antes del anuncio público de Lacalle, y siendo las 19 horas del 1 diciembre, Sebastián Bauzá llamó a las autoridades del basquetbol para suspender la doble jornada del Antel Arena. Por qué la suspensión, si la medida empezaba a regir el 2 diciembre?
El sentido común, el menos común de los sentidos, además de incumplimientos en los protocolos por parte de Nacional, faltó sin aviso en seis días en los cuáles el basquetbol destruyó todo lo que tanto le había costado construir desde agosto hasta la fecha.