Algún día sonó a quimera absoluta, a sueños de locos visionarios, a ideas de ilusos que pretendían ser iluminados. Pero no, parece que será realidad.
El Mundial 2030 en el Río de la Plata, más Paraguay y Chile; la final de una Copa del Mundo dentro de siete años en nuestro Estadio Centenario, es posible. Y hasta más posible de lo que imaginamos hoy.
El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, Alejandro Domínguez, estuvo este jueves de mañana en Montevideo y dejó un mensaje contundente: es posible que por consenso entre América y Europa, sin necesidad de llegar a la votación de finales del 2024, y con la anuencia del presidente de FIFA, Gianni Infantino, el Mundial del Centenario, el del 2030, se juegue en nuestra región.
Concretamente, Domínguez aludió a reuniones que sostendrá en setiembre, con la posibilidad que en noviembre el tema pueda definirse. Y agregó, respecto a Infantino y su intención de llevar el festejo del centenario de las Copas del Mundo a nuestro país y alrededores: “Hay señales”.
EL MUNDIAL EN URUGUAY
¿Que podríamos ver los uruguayos de una Copa del Mundo en 2030?
Primero y fundamental: la final. Está claro, ha sido negociado y aprobado por los cuatro países eventuales organizadores, que la final se jugaría en el Estadio Centenario.
Dónde todo comenzó, todo volverá. El 30 de julio de 1930, Uruguay derrotó 4-2 a Argentina y se quedó con la primera Copa del Mundo. Cien años después, acaso sobre fin de año para evitar la crudeza de nuestros inviernos, otra final se jugaría en el mítico Centenario. Pero además, una o dos series, algún partido de octavos y de cuartos de final.
Será necesario, además del Centenario, otros escenarios. Está la posibilidad del Campeón del Siglo de Peñarol y el Parque Central de Nacional, sin descartar algún escenario en el interior del país: Maldonado y Rivera, por ejemplo.
¿Qué obras demandará el Centenario?
El aforo debe crecer, y llegar a los 80 mil espectadores. Para ello será necesario bajar la cancha 3 metros y sesenta centímetros, construir nuevas tribunas en un anillo perimetral en torno al nuevo gramado, y modificaciones también en Tribuna América. No es sencillo, pero es posible. Y para excavar y construir una nueva cancha, ya están los recursos: los provee la propia Conmebol. Quizás, a la brevedad, en meses, comiencen obras y la cancha comience a bajar.
El Mundial 2030 en Uruguay es posible, bien posible. Se puede soñar con los ojos abiertos y los pies en la tierra, porque en siete años posiblemente recibamos a la élite del fútbol mundial.