COLUMNA DE OPINIÓN – POR JAVIER DE LEÓN
A las apuradas, después que la FIFA le quitó la sede a Indonesia, el Mundial Sub-20 se organizó en un mes en Argentina, con los Estadios en los que se pudiera jugar sin alterar el normal desarrollo de la Liga Argentina. Y entonces, ni el Monumental de Nuñez, ni la Bombonera, ni el Amalfitani de Velez, ni Arroyito de Rosario Central ni el Mario Kempes de Córdoba. Todos quedaron al margen. Nos quedamos con La Plata, entre San Juan y Mendoza, y Santiago del Estero.
A Uruguay le tocó La Plata para el debut, en el Estadio Único Diego Armando Maradona. Con su modernidad a medias y su campo de juego lejos de la perfección, que con la sucesión de partidos y si además castiga el frío del invierno que se aproxima, seguro empeorará.
BROLI REARMO EL EQUIPO
Marcelo Broli, el DT celeste, repensó el equipo del Sudamericano de enero, después de lesiones y circunstancias.
No está Renzo Sánchez, el tricolor, con ligamentos cruzados rotos. Ahora allí juega Abaldo, violeta.
No está Alvaro Rodríguez, porque el Real Madrid priorizó que quedara en España para empujar al Castilla, el Real Madrid “B”, a que ascendiera. Y entonces volvió Andrés Ferrari, de Defensor Sporting, pero recientemente transferido al Villarreal, antes del Mundial.
Y finalmente, para esta Copa del Mundo el Génova italiano decidió ceder a Alan Maturro. Pero la pequeña gran sociedad que en el centro de la zaga construyeron durante el Sudamericano, Sebastián Boselli y Facundo González, Broli no podía desarmarla. Pero Maturro tiene un lugar de titular. La solución del DT fue ubicarlo de lateral izquierdo. Y santo remedio. Una buena solución.
DEBUT A LOS GOLES
Irak, el rival del debut.Primera media hora dónde la celeste fue construyendo su dominio, sin encontrar el gol, y dando pelea contra los nervios y las tensiones que representan el primer partido en una Copa del Mundo. Y más aún, para pibes de 20 años, o menos. Pero el formidable tiro cruzado de Abaldo, a poco del final de la primera parte, rompió la lata. Así nos fuimos al entretiempo, 1 a 0 arriba.
En el complemento, por vía área, se acumularon más goles. Primero Ferrari, después Facundo González, y por último Maturro. Uruguay fue sólido, debutó con autoridad y goleó.
Los tres de arriba, picantes, y además, socios del gol. Abaldo, una conquista y una habilitación. Ferrari, se sacó la mufa de no poder convertir. Y Luciano Rodriguez, el de más nombre, aunque sin llegar al nivel de sus mejores noches, igual fue importante, cuándo costaba encontrar el primer gol.
En el fondo la solvencia de los centrales Boselli y Facundo González.
En el medio, la presencia del capitán Fabricio Díaz, dueño además de todas las pelotas quietas. De dos centros suyos nacieron los goles de cabeza a la red de Facundo González y Maturro. De yapa, la habilidad irreverente del Cepillo González, sacudido a patadas por más de un iraquí.
Goleada para cerrar un debut perfecto. El jueves a las tres de la tarde el segundo partido con Inglaterra. Y de cierre, un rapto de ilusión que no puede evitarse. Esto recién comienza, un sólo partido, pero es imposible no volver a ilusionarse.
Con los juveniles, los de siempre, los de Bentancour y Gesto, los de Malasia 97, los de Turquia en el 2013, los Valverde y Rodrigo Bentancur hace 6 años, o Suárez y Cavani en el 2007, con los juveniles, siempre nos ilusionamos.