Una mujer empoderada que ha luchado por defender sus derechos y los de otras mujeres. Karina Nuñez es trabajadora sexual, por más que hubiera preferido otra cosa en su vida, el contexto la llevo a trabajar de lo mismo que su bisabuela, su abuela y su madre. Su hija cortó la cadena y es universitaria. Una historia de lucha, sacrificio y ganas de superación.
Comenzaste como trabajadora sexual con 18 años. ¿Qué te llevó a eso?
Lo que me llevó primero al meretricio y después al trabajo sexual fue la autonomía económica, no tener que estar dependiendo de alguien. Mi inicio en el trabajo sexual genera una visualización como alguien que es productiva y no como algo que me generar vergüenza y que tuviera que hacer a escondidas. Ahí fui conscientemente, antes lo hacía a escondidas, me daba vergüenza. En realidad me convertí en trabajadora sexual a los 26 años cuando me dieron la libreta de trabajo sexual, las trabajadoras sexuales somos las que la Constitución nos reconoce, somos las que tenemos libreta. Fue un poco contra mi voluntad que me convertí en trabajadora sexual, porque me llevaron tantas veces presa. La última noche me acuerdo clarito que Mónica (Frascheri) recién estaba llegando al pueblo y me llevaban a la seccional, me tomaban los datos, me hacían chequear que estuviera bien, que no tuviera golpes y ella que era la ginecóloga de guardia me revisaba, y la última vez dijo déjenla y mañana a primera hora la llevaban a que se haga todo, porque tres veces en la noche me habían llevado.
¿Lo viviste como algo natural? O sabías que no era lo que querías para vos?
Al principio cuando empecé al liceo fui con la idea de que no era para mí. Bueno, mi madre tampoco lo quería para mí, de hecho lo intentó con las herramientas que tenía, pero el contexto histórico no fue el mejor. Pero lo que no nos mata nos fortalece.
¿Sentís que sos un ejemplo para otras mujeres?
Ojala que no, ojala que no sea ejemplo de nadie. Cuando uno idealiza a otros se pierde la oportunidad de encontrarse a sí mismo. Capaz que inspiración sí, pero ejemplo no. Cada uno tiene que tener la suficiente libertad para saber elegir en que convertirse y tiene que tener suficiente apoyo externo para que ese deseo no se vea truncado. Lo que si he logrado es que mi palabra sea oída, lo he logrado a lo largo del tiempo. De pasar a ser alguien que en la sala de espera del hospital se levantaran y se fueran porque era yo la que se sentaba, pase a que todo el mundo se acordara que conmigo fue al liceo, que fueron a hacer gimnasia, que yo era buena dibujando, que era buena escribiendo y que era buena haciendo pila de cosas, no solamente una simple paria que me señalaban por ser trabajadora sexual.
¿Te tuviste que aceptar primero vos?
Para mí el proceso más difícil que me toco fue pasar a que no me importara lo que los demás pensaran de mí. Que me importara un rabanito lo que pensaran de mí y guiarme por lo que yo sentía. Primero y principal desapegarme de lo que los demás pensaran de mí y construir mi propio relato. Me dolió muchísimo durante años estar recluida de los espacios.
Después dije, ¿Por qué voy a estar en espacios donde no quieren que este? ¿Por qué voy a estar en espacios en los que en realidad mi presencia genera rabia y dolor? Entonces uno tiene que aprender a traer a la vida de uno lo que lo fortalece. Cuando vos aprendes que la fortaleza esta en vos, y no en la dependencia del otro, ahí es que empiezas a construirte realmente.
Hay una historia que has contado de un incidente en la puerta de un jardín con una madre mientras llevabas a tu hijo a clases.
Ese fue el detonante para decidirme para que mis hijos no vivan lo que viví yo cuando el barrio se enteró de lo que trabajaba mi madre. Así que dije, no le voy a darle a nadie el poder que le trunque la vida, los fleche o los encapsule. Y dije ta, de ahí nunca más me vieron en escuelas o nada. Recibí criticas de todos lados, pero yo estaba convencida y el tiempo me dio la razón.
¿Tuviste la posibilidad de salir del trabajo sexual?
Tuve 2 oportunidades. La primera oportunidad laboral me la dio Mario Carminatti. Mi madre militaba para él, yo había retomado el liceo. Mamá consiguió la entrevista, pase por el despacho y la persona encargada de ese espacio había sido una de las personas que contrataba mis servicios. Y me dice, no creo que te vayan a tomar porque trabajando en la noche es complicado, te van a decir q no. Pasó una semana, dos semanas y no me contestaban. Fui a la Intendencia y espere al Intendente. Lo pare y le dije, yo soy una de las que está changando en el puerto y me gustaría hacer otra cosa. Y me dice, yo no soy quien para juzgarla, vaya y anótese. A lo que le respondí que me había anotado hace 15 días. Me tomó los datos y a las dos semanas me estaban llamando para darme trabajo de barrendera. Fue el primer trabajo que tuve, durante 3 años y medio. Después perdieron las elecciones y me sacaron.
El segundo trabajo fue cuidando niños, y me tocó que me propusieran hacer lo mismo que hacía en la esquina pero para cobrar a fin de mes. Y le dije que no, si estaba ahí era para no estar en la esquina. Era el padre de la dueña de casa, me agarraba, me quería manosear, me quería tocar los pechos. Un día me enoje y me defendí y la hija me hecho. No me creyó, y me dijo que si ella sabía quién era no me contrataba.
¿Todas esas historias las recordás con dolor?
Las recuerdo con mucho dolor porque sentía vergüenza de hacer lo que hacía, por lo que el resto pensara y el resto se prevalecía. Y aunque fuera sirvienta la dignidad no me la iban a devolver.
¿Qué significa que tu hija este en la universidad?
Es una gran satisfacción, ella es muy inteligente. Todo el esfuerzo que hizo, es todo mérito de ella. Es un orgullo totalmente compartido con María Lina Fontoura, si ella el día que yo la fui a buscar y le dije q no podía pagarle y le dije que me la llevaba a la whiskería y me dijo que no, que Valeska estaba bien ahí, no sé qué sería. Ella nunca me quiso cobrar y me dio de comer a mí y mis hijos. Si no hubiera sido por María Lina y Miguel no sería posible.
¿Qué opinas de la operación océano?
La operación océano es de una valentía terrible y me pone feliz que sea otra rionegrense que la que la lleva adelante. Y sobre todo por lo que tiene que ver con la protección de los niños, niñas y adolescentes y ponerle un parate al poder que tenían esos hombres sobre los cuerpos de esas jóvenes.
¿Cómo sociedad no queremos ver estas cosas?
Lo que pasa es que estas personas avanzan sobre la indiferencia de las personas que tienen el poder de cambiar las realidades. El no te metas es más cómplice y más entregador que el que la penetra por dinero. Siempre hablamos de mujeres pero hay un alto índice de varones que sufren este tipo de vulneraciones y son mucho menos escuchados y son los que deciden mucho más suicidarse para no hablar de este tipo de cosas.
¿Qué rol juegan los padres en una situación así?
Hasta que no se pongan sobre la mesa que lo niños pueden expresar lo que les pasa esto no va a cambiar. Si vos seguís diciendo que un gurí es maleducado y lo seguís obligando a ir a los lugares donde te dice que no quiere ir es obvio que la entregadora sos vos. Tenemos que enseñarles a nuestros hijos que son dueños de su cuerpo y nadie más. Ahí le estas dando la primer herramienta para que se encuentre en la libertad de que pueda decir a quien quiera acceder a su cuerpo. Y no caer ante la amenaza del le cuento a tu padre o tu madre. El 90% de los explotadores trabaja sobre la culpa de sus víctimas.
La mayoría de los hombres aseguran que no sabía que eran menores. ¿Vos qué opinas?
La mayoría de ellos trabajaban en centros educativos, tenían vínculos con menores. Te puedo llegar a creer que en la primera vuelta no percibiste que era menor de edad, pero alguien que trabaja en educación, la morfología del adolescente es imposible que se le pase. Todos tenían contacto con fisonomías adolescentes, mentira que no sabían.