Por Javier De León
“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Pero están los que luchan toda la vida Esos son los imprescindibles”- Bertold Bretch
En 1986 El Rionegrense ya tenía trece años. Yo apenas pisaba mis 20 años. Y México, por segunda vez, luego de la renuncia de Colombia, apuntaba a organizar su segunda Copa del Mundo.
Llevaba tres años en el periodismo, y cuál quijotada, me propuse cubrir el Mundial. Nunca olvidaré la mano que Omar Rovelli me dió para poder cumplir con el sueño.
A Omar llegué a través de mi madre, fraybentina ella. Con enorme dosis de vocación y profesionalismo editaba El Rionegrense. Una charla de menos de cinco minutos me abrió las puertas para poder gestionar la acreditación de prensa para México. Para un casi pibe de 20 años, era que te prestaran las puertas del paraíso.
Han pasado 34 años de aquel primer contacto. En el correr de los años la relación se ha mantenido, tan inalterada como mi admiración por la maravillosa capacidad de Omar de mantener al firme a El Rionegrense, siempre independiente, siempre bien informado.
En Brasil 2014 volví a estar acreditado, ahora por El Nuevo Rionegrense, así como en el Mundial de Rusia. En la medida de mis posibilidades intenté aportar algunos trazos de pluma para el periódico.
Han pasado muchos años. A Don Omar, y su compañera Cristina, a quién también valoro enormemente, me permito enviarles un gran abrazo. Ellos realmente pertenecen a la categoría de IMPRESCINDIBLES.