En su segundo año al frente de la Escuelita Municipal de Arqueros, Sebastián Bauzá entrenó a más de 35 niños de distintas categorías del fútbol infantil ofreciendo a los niños un entrenamiento específico para el puesto que ocupan en la cancha.
“El proyecto se presentó en el 2021, hace más de un año, se viene llevando a cabo en la Plaza Bozzo. La idea era integrar a todos los goleritos de diferentes instituciones”, explicó Bauzá a El Rionegrense. El responsable del proyecto dijo que “muchas veces pasa en el baby fútbol que está el debe de que los goleritos entrenen junto a los demás jugadores, sabiendo que es un puesto que tiene un entrenamiento específico”.
Bauza manifestó que con esta iniciativa se pretende “dar un espacio específico para que los goleritos tengan la posibilidad de tener un entrenamiento específico de lo que es el golero”.
“El proyecto estaba presentado para dos grupos, un grupo de 6 a 9 años, donde se trabaja mucho la parte de formación específica. Y el siguiente grupo niños de 10 a 14 años que eso abarca hasta baby fútbol, ellos ya trabajan de otra manera, trabajan más la parte física y otros aspectos de lo que le viene después que salen de baby fútbol y comienzan con lo que es la cancha grande”, explicó.
Asimismo Bauzá dijo que la evaluación del aprendizaje de los niños lo hacen los padres. “La evaluación la hacen los padres, por suerte hemos trabajado hasta con 35 niños. Está la parte linda, que hay chiquilines que se han enfrentado, o hay chiquilines que van a entrenar pero todavía no están en ningún club, o sea que hemos tenido muy buena aceptación y ha sido muy positivo ya que no es solamente con niños que ya están atajando, sino que también tenemos niños que les gusta ser arquero y todavía no se animan a arriesgarse y meterse en un club», indicó. En ese sentido reiteró que los padres “te mandan videos y te dicen, todo lo que le estas enseñando en la escuelita lo está haciendo, el saque de mano, bajar la rodilla, cuando se tiran, en ese sentido me lo hacen llegar los padres”.
Sobre porque no se realiza en los clubes este tipo de entrenamiento dijo que “la realidad es que muchas veces los técnicos están solos, tenemos entrenadores honorarios, la mayoría, y no da para que hagan un trabajo específico con los arqueros y pocas instituciones apuestan a que una persona haga el trabajo específico de los goleros, entonces de ahí es que surge el proyecto que se presentó a la intendencia sabiendo que falta ese espacio para esos niños. Son dos días a la semana en el cual la idea es que puedan ir al menos una vez, y que no les interfiera con los entrenamientos en sus clubes”.
A nivel popular siempre se identifica al puesto de arquero como ingrato, en ese sentido dijo que “la gente le dice así porque con un error te condena. Entonces es el que más tiene que entrenar porque es el que menos errores puede cometer adentro de la cancha”. Y agregó “es algo que se dice a nivel popular pero una vez q estas ahí, entrenando, y te empieza a gustar te parece todo lo contrario, es un puesto muy lindo, y una muy linda responsabilidad”.
“Acá todos los niños pueden ser arqueros, lo que se busca es que ellos se diviertan, más allá de la parte competitiva, no se están evaluando que sea chico, que sea grande, que sea lento, que sea rápido, eso es a nivel competitivo o de mayores. Muchas veces nos confundimos y pensamos que el baby fútbol es algo competitivo, pero tenemos que verlo de otra manera, más como un tema formativo, que les guste ir a entrenar, que les guste ir a divertirse, a jugar con los compañeros, y no tanto si hago o diez goles o me hacen dos goles”, explicó.
Bauzá dijo que “muchas veces ven a un niño y le preguntan ¿y cómo saliste? Y no le preguntan cómo se sintió, si le gustó como jugó. Entonces hay que cambiar un poco la cabeza en ese sentido, porque nosotros inconscientemente lo estamos haciendo. De a poco hay que cambiar, inculcar de otra manera los valores, y que se algo donde ellos disfruten de lo que es el juego”.
El entrenador enfatizó en el rol que juegan los adultos en la vida de los niños. “Los adultos cumplimos un rol muy importante, de cómo se siente el niño, muchas veces el niño se siente mal, por el entorno que tiene y no por lo que le está pasando al niño mismo en el partido”.
“Muchas veces nosotros como padres cometemos el error de llevar al niño y creemos que son pequeños hombrecitos, y no es así, son niños. Entonces a nosotros nos entra la parte de competencia y nos estamos olvidando que en realidad los valores por lo que llevamos a los niños, los llevamos para que se diviertan, para que crezcan, y para que aprendan valores, no para que salgan campeones”, afirmó.
En ese sentido terminó diciendo “es una etapa formativa, es una etapa donde hay que darle la oportunidad de que ellos se equivoquen y que aprendan de eso. Pero un gran porcentaje de la frustración va por el entorno y no tanto por cómo se siente el niño”.