Por Javier de León.
La sensación del final fue clara. Tres jugadores coreanos en el piso, rendidos. El entrenador portugués de Corea, Paulo Bento, indicando en los segundos finales a sus jugadores aplacar el ritmo, y asegurar el empate. Uruguay fue más. Pudo ganar, pero la historia es lo que es y no lo que pudo ser.
Un gran cabezazo de Diego Godín en el primer tiempo, y un remate formidable de Fede Valverde a un minuto del final, vieron palo y no gol. Allí estuvieron las mejores chances de la celeste, que debutó con empate en la Copa del Mundo ante los coreanos.
Diego Alonso se jugó por históricos. Respaldó al capitán Diego Godín en la zaga, se decidió por Martín Cáceres en el lateral derecho, y por Luis Suárez en ofensiva, los tres con cuatro Mundiales
Godín respondió acorde a su estatura futbolística. Fue el Godín de hoy, a decir de sus palabras. Con oficio, con timing, nunca arriesgó en una carrera que pudiera dejarlo mal plantado. Jugó un partido a lo capitán.
Josema Giménez en la zaga, y Rodrigo Bentancur, de galera y bastón en mitad de campo, fueron las mejores figuras celestes. Fede Valverde, de menos a más. Un opaco primer tiempo, creciendo en el complemento, con el despliegue generoso e inteligente de campo entero. Y ese remate en el palo, verdadero balín, a un minuto del final.
INICIO DUBITATIVO DE URUGUAY
El primer cuarto de hora fue coreano, Uruguay salió “a lo Tabárez”, con fútbol de respuesta. Corea arrancó con cuatro en el fondo, dos centrales el medio, Jae Sung más adelantado, y tres puntas, dónde destacaba Son, de máscara, por banda izquierda en ofensiva. Pero tener pelota no es mandar en el partido, y los dirigidos por Paulo Bento no tuvieron llegadas. Son bien controlado por Martín Cáceres.
A los 15, cambió el partido. La celeste adelantó líneas. Josema Gimenez, de gran partido en la zaga, quebró líneas y con sendos pases largos de 40 metros, generó riesgo.
La primera asistencia fue hacia Fede Valverde, desde mitad de cancha hacia el borde del área. El madrilista cotroló y remató, cerca.
En la siguiente jugada, a los 21, Facundo Pellistri recibió por derecha, y su centro no pudo ser conectado por Darwin Nuñez de cara al arco.
El partido volvió a cambiar en el último cuarto, con Corea en predominio. La mejor chance asiática llegó a los 36, cuándo Hwang Ui-Jo, desde el punto penal, tuvo el gol, pero su remate salió alto.
Pese al bajón celeste, la mejor chance la tuvo Uruguay. Diego Godín, el histórico capitán, ganó por alto en el área, y su cabezazo se estrelló en el sector bajo del palo de Kim Seung. La celeste se despidió de la primera parte besando el gol, pero con Luis Suárez y Fede Valverde sin influir en base a las expectativas.
UN TIRO DE VALVERDE Y OTRO DE SON
De toma y daca, los primeros 30, con Uruguay con mayor iniciativa, pero Corea apostando a la velocidad. No le resultó.
Esta vez el pacto con el gol de Luis Suárez no apareció. El punta jugó desconectado y no tuvo chances de gol. A los 23 del complemento, se decidió su variante por Cavani.
Edi jugó de espaldas al arco, y como pivot fue importante. A los 38 controló y descargó para Darwin Nuñez, que tuvo su chance.
En el final, lo más emotivo. Ese gran remate de ese gran jugador, Fede Valverde, que se estrelló en el palo, y un error en la salida del golero Rochet, que habilitó la posibilidad de un tiro del coreano Son desde el borde del área.
Cero a cero. Sabor agridulce para Uruguay. Ahora, Portugal, el lunes 28.