Por Javier de León.
No se asuste, no se viene una clase de matemáticas. Simplemente intentar transmitir algunos números de Nacional y Peñarol, producto de ambos Balances cerrados a fin del 2020.
Arriesgo una opinión. Peñarol está mejor, pero comunica peor, y entonces, si se pregunta en la calle, la gran mayoría ante la pregunta de cuál grande está más sólido económicamente, responde Nacional.
Peñarol cerró al 30 noviembre del 2020 con un Pasivo de 17 millones dólares ( 10 millones entre ex-jugadores, ex-cuerpos técnicos, clubes deportivos, el plantel actual y otras deudas; y 7 millones de deudas con “Financieras”, entre ellos dos millones y medio de dólares con la Familia Damiani, a quiénes se les paga una tasa del 5,5 % efectivo anual en dólares )
Pero en su activo corriente (esto es efectivo, dinero a cobrar de pases ya realizados y otros créditos, a ser cobrados en los siguientes 12 meses) por 15 millones de dólares. En una palabra, casi tenía generado (en caja y por cobrar) al 30 noviembre pasado todo el dinero para pagar el Pasivo.
En Nacional es diferente. Su activo corriente (esto es básicamente caja y dinero a cobrar en 12 meses) es algo superior a los 5 millones de dólares, pero las deudas que debe cancelar en ese mismo período es casi el triple: 15 millones. Sin ser contador, queda claro que la situación es delicada. Se va conviviendo con ella, porque muchas de esas deudas se vuelven a refinanciar, y entonces se convierten en deudas de largo plazo.
Peñarol logró revertir la situación en base a las grandes transferencias del 2019 y 2020, que le permitieron ingresos por 28 millones y medio de dólares. Pero debe bajar presupuesto y en ese camino está. Los gastos operativos del Plantel Principal de Primera División durante el 2020 fueron 10 millones y medio de dólares. Está jugado a bajarlo en este 2021 a 8 millones anuales máximo.
También deben caer los intereses que paga. En el 2020 abonó casi un millón de dólares en intereses. En el 2021 tiene presupuestado pagar la mitad: medio millón de dólares.
Ignacio Ruglio expuso el viernes números del club, con una visión más dramática para este 2021 de la que corresponde a los números del club, y que además no coincide con lo que habían consensuado los técnicos de todas las agrupaciones en reuniones previas. Sin entrar en detalles, que serían engorrosos, no mencionó ingresos más que posibles, que bajaban la necesidad de caja para este año, de siete millones dólares a sólo 700 mil dólares.
En particular, omitió mencionar una deuda de 3 millones de dólares que la empresa Tenfield debe a Peñarol por el Estadio Campeón del Siglo.
Nacional logró una reducción importante de sus egresos mensuales. Los gastos anuales cayeron en 4 millones dólares del 2019 al 2020, y logró un resultado positivo en el 2020 de dos millones y medio de dólares.
Logró equilibrar sus números, aunque tiene claro dos conceptos claves:
1) Precisa transferir cada año por un piso de 4 millones de dólares para seguir funcionando correctamente.
2) Así planteadas las cosas, se ordenó, no se endeuda, y aprendió a convivir con las deudas. Pero para bajar Pasivo en serio precisa Ingresos Extraordinarios, llámese una gran transferencia que hoy no se vislumbra, o un gran avance en la Copa Libertadores, por ejemplo acceder a semifinales. Ninguna de las dos opciones es sencillo que ocurran a corto plazo.