por Ec Ángel Pavloff Marroni
Está finalizando febrero y en este mes habremos pasado por varias fechas importantes para Uruguay y nuestro departamento. El primero de ellos se dio el 9 de febrero, cuando se conmemoraron 48 años del día en que explícitamente las Fuerzas Armadas desconocieron la autoridad del Poder Ejecutivo. Fue un mojón en el proceso de degradación democrática que termina de consolidarse con el Golpe de Junio de 1973.
Por otro lado, el 15 de febrero del 2002 muere Mario Carminatti y el 19 de febrero se cumplieron 4 años del fallecimiento de Alejandro Achugarry. Mario, sin temor a equivocarnos, fue el primer Intendente de todo el Departamento de Río Negro. Gobernó y acercó los servicios de la intendencia a todos los rincones por igual como nunca antes. Achugarry no se sacó el cuerpo al país cuando se le necesitó y fue la punta de lanza para la negociación política en plena crisis. Ambos fueron Colorados y Batllisatas de primera, demócratas, justos y honestos. Republicanos convencidos, por lo que no tenían enemigos, solo adversarios circunstanciales. Transitaron por la vida política dejando marcado un estilo basado en el respeto, la tolerancia, la libertad, la igualdad y la fraternidad. A nosotros nos quedan como ejemplo y referencias únicas.
Por último, este viernes 26 se va a dar otro hito en la historia, llegaran las vacunas para comenzar la inmunización contra el Covid-19. De acuerdo a los datos que brindó el gobierno vamos a tener unos dos millones de dosis estarían arribando en no más de 20 días.
A su vez, en unos días el Gobierno Nacional cumple un año de gestión y los festejara en pleno proceso de vacunación. Con esto parece comenzar a aclarar el horizonte, no sabemos aun cuando comenzaremos a recuperar la vida a la que estábamos acostumbrados. Sin embargo, algo es claro, todo este duro proceso que inicio con los primeros casos detectados en Uruguay en marzo del 2021 entraría iniciando una nueva etapa y quizás la definitiva.
Ahora, ¿qué hemos aprendido de esta crisis del coronavirus? A nivel mundial hemos visto que la crisis ha sido transversal, sanitaria, económica y social, y no fue fácil encontrar un camino para transitarla. Hubo muchas recetas que se fueron improvisando sobre la marcha y que fueron aplicadas en todo tipo de países. Lo cierto es que los efectos de la crisis, en cualquiera de estas dimensiones que nombramos al principio, ha golpeado en mayor o menor medida y no se ha encontrado una receta de éxito única.
Hemos visto más fracasos que éxitos en los países occidentales y esto ha ocurrido en países gobernados por izquierdas y derechas, conservadores y progresistas, democracias y dictaduras. La pandemia no ha sido fácil de manejar en el mundo. Uruguay, por varias razones, puede considerarse un caso de éxito, se mantuvo la pandemia con números muy satisfactorios hasta casi finales del año 2020 y durante ese periodo la economía funcionó con la mayor nueva-normalidad posible.
El gobierno tiene en la oposición un Frente Amplio al que le está costando encontrar la veta por la cual atacarlo. En varias oportunidades ha salido a hacerlo a destiempo, algo apresurado, de forma forzada y descoordinada. Le ha costado asumir su rol y funcionar cohesionados.
Lo cierto es que febrero, al que dejaremos en breve con casi un año entero de pandemia atrás, nos debe ayudar a aprender. Se reafirma que la democracia es el único camino que ofrece las garantías para que todos seamos libres de verdad independientemente de lo que pendemos, lo otro es verso. Y de Mario y Alejandro aprendimos que en política debe haber adversarios y no enemigos.
Que el gobierno se habrá equivocado, es probable, que también se ha equivocado la oposición también lo es. Ahora necesitamos pensar el país de los próximos 30 años. ¿El sistema político estará alguna vez a la altura de la circunstancia o priorizará los personalismos y los perfilismos? La primera opción nos hará crecer y consolidar un Uruguay de primer mundo. La segunda nos llevará sin rumbo ni convicciones en la búsqueda del rating político, con mucho redito para unos pocos y más daño para todos.