Pfizer y Sinovac son las vacunas que llegarán a Uruguay en febrero y marzo de este año, dos vacunas con origen totalmente diferente, pero que, según Radi “son una buena combinación”. Una es fabricada por la corporación estadounidense Pfizer junto con BioNTech (alemana), y la otra por un una china, Sinovac.
Según remitió la Agencia EFE hace unas semanas, Pfizer es líder mundial en el sector farmacéutico. Su vacuna fue la primera en el mundo en ser autorizada para su comercialización. Su eficacia es del 95 %.
En lo que refiere a Sinovac, son los responsables de la vacuna CoronaVac. Esta empresa es conocida por haber fabricado y comercializado inyectables contra la hepatitis A y B, la gripe y la gripe H1N1, entre otras enfermedades. Según datos de la BBC, esta vacuna ya ha sido testeada en varios países y en todos se obtuvieron distintos resultados. Sin embargo, en ningún país se registró una efectividad menor a 50 % y alcanzó, según datos de otros países, más del 90 %.
Ambas vacunas requieren de dos dosis, para obtener el resultado deseado.
Es de público conocimiento que la CoronaVac será utilizada en otros países de América Latina como Chile y la Pfizer en Ecuador, Panamá, Perú y Costa Rica, entre otros.
La agencia EFE asignó que en el último informe elaborado por el Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) se reconoce que existían «expectativas a nivel nacional sobre la vacunación y su impacto en la contención de los contagios».
También advertía que «la inmunidad de rebaño no es bien comprendida aún, y en cualquier caso solamente puede empezar a incidir cuando se haya vacunado a un amplio grupo de personas, plazo que llevará como mínimo algunos meses».
En otro orden, la UPC (Usina de Percepción Ciudadana), realizó una encuesta sobre la disposición de la población a inocularse las dosis de la vacuna contra Coronavirus, arrojando como resultado que un 44% de uruguayos no estaría dispuesto a inmunizarse.
En Uruguay hay una cultura muy fuerte de vacunación, desde los primeros meses de vida somos parte de campañas de inmunización, lo que ha permitido controlar muchas enfermedades peligrosas, así como también las campañas contra la gripe, han tenido muy buena aceptación por parte de la sociedad. No ocurre lo mismo con la vacuna contra Coronavirus, se sospecha que tenga que ver con la desinformación, lo que ha provocado que casi la mitad de los uruguayos encuestados no estén dispuestos a darse la vacuna.
En diciembre de 2020 la Usina de Percepción Ciudadana, iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo con el apoyo técnico de la diaria Datos y de docentes del Instituto de Estadística de la Universidad de la República encuestó sobre este tema a una muestra representativa de la población mayor de 18 años.
Según La Diaria, ante la pregunta «¿Considera vacunarse contra la covid-19 cuando la vacuna esté disponible en nuestro país?», 56% de los consultados respondieron positivamente y un 44% respondió de forma negativa.
Es preocupante este dato, ya que si estas cifras siguen vigentes cuando se inicie la vacunación, sería impedimento para alcanzar el umbral mínimo de 60% que representaría la inmunización de una comunidad.
En dicha encuesta, filtrando por grupos etarios, quienes declaran una mayor voluntad de vacunarse son aquellas personas de 60 o más años, con 63% de respuestas afirmativas. Esto podría estar vinculado a que son designados “población de riesgo” por su edad.
En lo que resta de la población, el orden de preferencia para una eventual vacunación tiene como líder al grupo más joven, de entre 18 y 29 años (58%), luego aquellos de entre 30 y 44 años (54%), y por último el grupo de personas entre 45 y 59 años (50%).
En relación a las diferencias socioeconómicas, los resultados de la UPC evidencian una predisposición positiva a la vacunación de las personas con nivel socioeconómico alto respecto del resto de los encuestados. Mientras las personas correspondientes a los niveles bajos y medios del Índice de Nivel Socioeconómico muestran una preferencia de 53% ante una eventual vacunación, este porcentaje es de 66% en el caso de los encuestados de nivel alto.
No se registran diferencias significativas entre los encuestados en Montevideo y el interior del país, así como entre varones y mujeres. Mientras 54% de los encuestados de Montevideo estaría dispuesto a vacunarse contra la covid-19 cuando una vacuna esté disponible en el país, ese porcentaje se transforma en un 59% para los encuestados del interior. Por su parte, 54% de las mujeres encuestadas declararon que se darían la vacuna, en comparación con 58% de los varones.
Volviendo a los posibles orígenes de la desconfianza que existe respecto a este tema, es importante remarcar que el 2020 además de la «año de la pandemia» fuimos azotados por una «infodemia», lo que se traduce en una cantidad de información, que circula por redes sociales, la cual es de procedencia dudosa o falsa.
Mientras la población mundial, pedía explicaciones científicas y verdades absolutas, las cuales no estaban en condiciones de ser proporcionadas, lo que se generó fue una desinformación o un vaivén de contenido cambiante, que en definitiva lo único que genera es desconfianza. En esa marea de contenidos que no son del todo claros, dos elementos sobresalían: la supuesta velocidad «excesiva» en el desarrollo de las vacunas y los presuntos efectos nocivos de la tecnología de ARN mensajero usada en algunas de ellas.
Con el pasar del tiempo, los resultados de las fases experimentales de las vacunas demostraron empíricamente la seguridad y eficacia de las inmunizaciones, por lo que diversos servicios de verificación de información fueron desmintiendo las falsas informaciones surgidas al respecto.
Se espera que en los próximos meses, con este tema en boca de todos, se genere la adecuada difusión de información, para que logre prevalecer lo verídico sobre argumentos infundados.