La reconocida actriz y conductora conversó con El Rionegrense sobre cómo vivió el 2020, la pandemia, su regreso a la televisión después de 25 años y la sociedad actual.
El 2020 fue un año muy especial para Cristina Morán. La declaración de cuarentena que realizó Luis Lacalle Pou la sorprendió en Piriápolis realizando un espectáculo para 200 personas. «El lunes siguiente le dije a mi hija que iba a ir a la peluquería, me explicó que no, y recién ahí entendí lo que estaba pasando», contó.
Conversando con este medio, Cristina describió esa etapa como «muy difícil», de soledad y principalmente silencio, son de las palabras que más resuenan cuando describe ese primer mes de confinamiento que la tuvo alejada de su familia. «Ahora no puedo estar encerrada, necesito vivir», enfatizó.
Según explicó, ese primer mes fue muy difícil «fue muy duro para los viejos que estaban encerrados y solos», enfatizó.
Ahora explico que no va a dejar de hacer las cosas que le hacen bien, porque lo necesita, «voy a vivir, con cuidados, salir con tapabocas, manteniendo la distancia, pero viviendo».
Para la emblemática conductora, que fue la primera mujer en la televisión uruguaya, este año también le trajo retos y desafíos. «Los especiales de Cristina Morán» que se vieron por Canal 4 la desafiaron a sus 90 años y después de 25 años a estar nuevamente al frente de un programa de televisión.
En este programa se vivió un hecho descripto por ella misma como «histórico», poder juntar en una misma mesa a tres ex presidentes es algo que no tiene antecedentes en el Uruguay y seguramente en el mundo. «Lo viví con mucha felicidad y orgullo. A Sanguinetti y a Lacalle los conocía, a Mujica no. Fue encantador conocerlo. Fue un programa que hicimos con mucho respeto y fueron tres caballeros», manifestó.
“El programa fue un regalo de Dios, una sorpresa. Me sentí muy bien y muy feliz. Hacia 25 años que no tenía la responsabilidad de un programa de esta envergadura”, reflexionó.
Con tantos años de trayectoria Cristina Morán se ha vuelto un emblema de la televisión nacional y también una referente para las mujeres. Sobre el rol de la mujer en los medios de comunicación explicó, que las mujeres cada vez ocupan más lugares trascendentales, «un ejemplo es Blanca Rodríguez que no necesita a un hombre para conducir magníficamente un informativo». Aunque entiende que aún faltan espacios por copar «quiero ver a una mujer gerenciando un medio de comunicación».
Para Morán las mujeres están en una lucha constante y siempre teniendo que demostrar, «las mujeres venimos del dolor, sabemos lo que es estar luchando siempre y eso nos hace tener un espíritu único. Para las mujeres las lucha es desde el vamos», explicó.
Una de las cosas que la inquieta es el grado de violencia de la sociedad, no solo de la violencia hacia la mujer, si no de la violencia en general. «Se está viviendo un momento extraño en la sociedad, yo viví en un país donde se podía decir lo que uno piensa, donde se podía hablar y discernir. Ahora sos comunista o facho. Esto yo nunca lo viví», aseveró.
Morán fue acusada en las redes sociales de «comunista» por consultar al diputado Martín Lema en un programa de televisión sobre un episodio con la diputada del Frente Amplio, Verónica Matto. Después del cruce con el diputado su nombre fue tendencia en Twitter. «Salgo del programa y me llama mi hija y me dice: mamá que dijiste, las redes explotan», contó. “Ahí me enteré, para mí fue un hecho natural”, agregó.
Para Morán la libertad de poder decir lo que uno piensa es fundamental. No le gusta acuñar el término brecha si no que prefiere decir separación, «Esta fractura o separación es una zanja donde corremos riesgo de caernos todos», manifestó.
Con 90 años Morán considera que siempre quedan sueños por cumplir o cosas por hacer. Asegura que el mayor legado que le deja a su hija es «honestidad y humanidad» y a sus dos nietos «transparencia y amor por la vida». Además reflexionó sobre cómo quiere que la recuerden “que me recuerden como soy, sincera”.