Por Elizabeth Del Río- ESPACIO CONTRATADO
Mire que hay que ser mediocre para criticar un evento histórico que pone a Río Negro en el mapa, que mueve la economía local y que no le cuesta un peso a la Intendencia porque lo paga íntegramente el Gobierno. Yo antes de hablar me tomé el trabajo de consultar, como cualquier ciudadano puede hacerlo antes de abrir la boca, incluido los «compańeros».
Este fin de semana no se trata de un “gasto”, se trata de cientos de familias trabajando, de empresas que se ponen en movimiento, de artesanos y gastronómicos vendiendo más que nunca, y de un sector hotelero que está literalmente de fiesta porque las reservas explotaron.
Mientras algunos eligen revolverse en la crítica barata, la realidad es clara: la cultura genera trabajo, el turismo trae recursos y Río Negro gana visibilidad. Eso es lo que pasa cuando se gobierna con gestión y con visión.
A los que gritan desde la tribuna les molesta ver que hay gente que progresa, que nuestros comercios venden, que nuestros hoteles se llenan y que nuestros trabajadores tienen oportunidades. Pero aunque les duela, esa es la verdad.
Porque la fiesta no es un capricho: es empleo, ingresos y orgullo rionegrense. Y eso no se tapa con insultos ni con mezquindades.
Al final, los hechos son claros: no hubo gasto de la Intendencia, hubo apoyo nacional y hay cientos de rionegrenses trabajando y vendiendo más. Querer ensuciar eso con mentiras es pura mezquindad. En vez de repetir bobadas, celebremos que Río Negro se mueve, progresa y demuestra que cuando hay gestión seria, las oportunidades llegan.