por Daniel Villaba- Movimiento Saravista
A partir de la hora cero del 10 de julio, la constitución de la Republica le adjudica el escaño departamental al Arq. Levratto.
Ese mismo día y varias horas antes de la asunción protocolar, se lanzaron comunicaciones mediante mensajería telefónica a más de una treintena de funcionarios, avisando la interrupción de los contratos vigentes, en su mayoría hasta fines de febrero del próximo año.
Sin ningún lugar a dudas, el Intendente tiene las potestades de desvincular de la administración a los funcionarios contratados que le de la gana, y parece ser justamente de esta manera que se ha tomado la decisión, ya que a mi entender, algunos de los argumentos no son aplicables a muchos de esos contratos rescindidos. No parece tener mucho argumento desvincular a un chofer de una camioneta, o a alguien que se desempeña en un call center, o un conserje que sirve café, entre otros, y adjudicarle la calidad de confianza directa del anterior Intendente, que además el atiene el agregado que allí hubo un acuerdo colectivo entre ADEOM y el ejecutivo comunal en el año 2024.
El mismo mensaje de autoridad, se dio en la Junta Departamental, donde en la integración de las comisiones asesoras del plenario, no han accedido a compartir la integración de las mismas ofreciendo la secretaría, en un gesto casi de cortesía parlamentaria que existió siempre en el seno de la corporación.
A menos de un mes de la asunción, sería irresponsable de mi parte sentarme a criticar por criticar, sin tener antes la cautela de observar el desarrollo de las acciones, que le llevarán a cumplir lo prometido en campaña electoral.
Pero no debemos olvidar, ninguno de nosotros, que así como una mitad de la población se expresó a favor del partido de gobierno, hay otra mitad que piensa distinto, y que le ha dado al Partido Nacional y al Partido Colorado, la responsabilidad de ser celosos vigilantes del gobierno de turno, haciéndolo con la madurez necesaria que nos lleve a la altura de dejar el departamento mejor de lo que hoy está, dado que ese objetivo, se cumplirá únicamente si empujamos entre todos.
Esperamos, con expectativa, que sea lo mejor para la gente, y como en la jerga barrial decimos, “los zapallos, se acomoden en el carro”.