Diego García es el técnico español que lideró el Campus del Club Celta de Vigo que se realizó esta semana en el Parque Liebigs, donde participaron cerca de 80 niños que realizaron varias sesiones de entrenamiento.
Esta es la tercera vez que Diego García visita Uruguay, en las otras dos oportunidades solo había realizado entrenamientos en la Costa de Oro donde ya se realizó tres veces el campus del Celta Academy. En esa visita, además de conocer a niños de Atlántida, visitó Fray Bentos.
Conocía Uruguay por grandes leyendas del fútbol, como Enzo Franchescoli, por lo que no dudó en ningún momento cuando le dijeron sobre la posibilidad de visitar nuestro país para realizar, hace tres años, el primer campus en la Costa de Oro. “Uruguay era un país siempre interesante por su capacidad futbolística, por su trayectoria en todo este mundo del fútbol, entonces siempre estuvimos muy expectantes a que surgiese esta oportunidad”, contó el DT a El Rionegrense.
“Una vez metidos en el contexto del futbolista joven uruguayo nos hemos sorprendido, en el sentido de que son chicos muy participativos, en las sesiones de entrenamiento, con muchas ganas de aprender, muy empáticos, con una comunicación bidireccional que a nosotros nos gusta mucho. A nosotros no nos gusta tener una metodología en el que nosotros seamos solamente los protagonistas, ni muchísimo menos. Para nosotros lo fundamental es el jugador, el chico en este caso, y darle su progresión, y ayudarle a comprender el fútbol e intentar aportar en su toma de decisiones”, comentó. En ese sentido agregó “aquí nos hemos encontrado con ese perfil de jugador, con hambre, con ganas de aprender, con ganas de formarse, en un fútbol, no mejor, sino diferente, con una metodología en este caso a través del Real Club Celta y de la Fundación Celta diferente a su día a día por lo cual la experiencia hasta ahora ha sido muy exitosa”.
García también hizo referencia a las diferencias entre el tipo de entrenamiento que realizan esos niños en el futbol local y el que proponen en el Campus. “Al final dentro de nuestra área del Celta Academy tenemos oportunidad de vivenciar diferentes contextos en los diferentes países en a los visitamos. Y en algunos países nos encontramos con que es fundamental, un término que usamos, que es la pausa, en Uruguay es uno de estos países. Nos encontramos con futbolistas con muchas ganas de exhibir sus cualidades, muchas ganas de demostrar su valía y esto va implícito en que al final se convierta en un futbol de mucho ida y vuelta y muchas ganas de llegar a la portería. Sin embargo, nosotros entendemos el fútbol mucho más desde el perfil de tener la pelota, de tener pausa, tener calma, no siempre jugar en la misma velocidad, tener jugadores que entiendan que ahora toca jugar a una velocidad, después a otra velocidad, eso es lo que más hemos visto que es diferente”. También comentó que las ganas que tiene el futbolista uruguayo es un plus.“La garra, pero la garra entendida que yo como mínimo voy a ser igual que mi oponente”, afirmó.
El técnico español hizo referencia a las expectativas que pueden generar para los jóvenes participar de este tipo de Campus y los objetivos del mismo. “Por una parte nuestra primera idea siempre es trasladar nuestra metodología y la forma de ver el fútbol. Después de decir esta frase en todos los sitios nos miran escépticos, y se preguntan si no hay nada más. Ese es nuestro primer objetivo, el más claro, y por el cual siempre con los colaboradores somos muy humildes en lo que queremos, que también es dimensionar la imagen de nuestro club. La calidad se encuentra y en Uruguay podría darse que un jugador sea interesante a futuro. La realidad es que no es necesario, y no es el primer objetivo de estas formaciones, de estos Campus”, explicó.
García aseveró que no es el interés engañar a los niños y las familias. “A mí me gustaría que esta semana que estemos acá en Fray Bentos, y que todos tuviésemos claro cuál es el primer objetivo, que es formar con una nueva metodología, ideas diferentes, el gen futbolístico de cada jugador, y ese debería ser nuestro legado cada vez que vamos a un país”, manifestó.
Además, comentó “yo no puedo llevar a un niño de 14 años pensando que podría ser, para que a los 16 se vuelva otra vez a casa, porque lo que no nos damos cuenta que al final estamos jugando con personas, con niños y los clubes ahí tenemos que formar y enseñar desde otro lado, que es la educación en valores. Es muy difícil ser profesional, todos pensamos que cuando nos llevamos a ese chico para España, va a ser jugador de fútbol, pero nos preocupamos muy poco cuando ese jugador vuelve a su casa y ahí lo dejamos un poco suelto”. “De todas maneras quiero decir que hemos visto un nivel muy alto en estos chicos, hay muchos chicos, que me los llevaría en la maleta porque tienen unas condiciones formidables, pero entiendo que tienen que seguir creciendo en su contexto”, agregó.