Por Sergio Milesi.
Los chicos de la selección sub 14 nos dieron una lección de fútbol y de entrega como pocas veces se ha visto, es que el resultado deportivo no fue el esperado y el desconsuelo le termina ganando al orgullo que provocó esta selección.
Casi en el límite para inscribirse, algunos neutrales junto a varios clubes decidieron asumir el compromiso de jugar los torneos de sub 14 y sub 15 de OFI e Integración de manera tal que estas generaciones tuvieran la oportunidad de competir a nivel nacional, una vez tomada la decisión había que encontrar técnicos que con solamente una semana debían de armar los planteles y empezar a entrenar, Oscar Ruiz en sub 14 y Andrés Machado en sub 15 dieron el si y comenzó la historia.
Todo lo demás ya lo saben.
Simplemente nos quedamos con el partido de ayer, que entre otras cosas sirvió para olvidarse por un rato de las enormes dificultades que tiene el fútbol fraybentino desde el punto de vista dirigencial, además de olvidarnos que hace nada más que tres días la mayoría de los chicos estuvieron definiendo el torneo doméstico, algo de no creer.
En el trámite, Río Negro fue algo superior pero la virtud de la visita estuvo en el buen manejo de los tiempos y del plantel, Cerro Largo no arriesgó sabiendo que una de las mayores fortalezas del local eran las transiciones en ofensiva y había que evitar que sucedieran; Río Negro tuvo varios puntos altos que evidencian el enorme material humano que hay a futuro, el entrenador mostró chapa de sobra para estas lides logrando extraer lo mejor de cada uno en aras del equipo, simplemente debía de ganar uno y esta vez le tocó a Cerro Largo.
Nos quedamos con el enorme Junior Moreira que siendo el más pequeño en complexión física no solo llegó para convertir el tanto del triunfo sino que además manejó el balón como un tipo de 30 años y batalló con gran amor propio a los rivales que lo doblegaban físicamente, este enorme chiquito ayer jugó con el corazón en la mano y esa es la imagen que nos queda de esta enorme patriada que se mandaron Oscar Ruiz, sus colaboradores y todo el plantel.
Estén tranquilos de que todos aprendimos sus nombres, de que hay enorme futuro, de que valió la pena, de que además sirvió para ratificar grandes entrenadores, de fue un enorme acierto haber jugado estos torneos, de que ayer la gente estuvo presente, de que varios padres fueron incondicionales y de que la vara queda alta.
– Sergio Milesi –