Por Javier de León
Edinson Cavani, después de una gran actuación en el Manchester United, y ante el saludo en Instagram de un amigo suyo, contestó con total total naturalidad y afecto: “Gracias, Negrito”.
La Premier League lo quiere sancionar por “racismo”. Absurdo. Edi nunca quiso ofender, ya lo aclaró y pidió disculpas por si alguien malinterpretó su expresión, y quién recibió el mensaje tampoco se sintió ofendido. Al contrario, se mostró halagado por la amistad de Cavani y su saludo.
Pero lo quieren sancionar igual. En Inglaterra no entienden nada. En realidad, no quieren entender nada.
EL FÚTBOL, FACTOR INTEGRADOR DE LA SOCIEDAD:
El fútbol en Uruguay ha sido un gran factor de integración de la comunidad negra en la sociedad de nuestro país. Desde siempre, y por siempre.
Ejemplos hay cientos, se precisaría un libro entero para repasar más de un siglo de historias. Somos una sola raza, y el fútbol uruguayo lo entendió casi antes que nadie.
En 1916, en ocasión del primer Sudamericano en Buenos Aires, la celeste presentó una oncena con dos negros: Isabelino Gradín, también campeón en atletismo, y Juan Delgado. Uruguay debutó y goleó 4 a 0 a Chile. Cuenta la leyenda que los trasandinos protestaron por la inclusión de dos “africanos” en nuestra selección. Cierta o no la historia, lo real que allí estaban los negros en la casaca color cielo. El fútbol siempre fue integrador.
Juan Delgado jugó en Peñarol y quedó luego como equipier. Fue una tarea de familia, pues después su hijo, el “Negro” Jorge Delgado se convirtió en una institución en la utilería de los aurinegros, y ahora sigue su nieto en la tarea.
EL NEGRO JEFE:
Si hay un partido emblemático en siglo y medio del fútbol mundial, es la final de Maracaná en 1950, y la figura emblemática fue Obdulio Varela. ¿Cómo lo conocimos y cómo lo recordamos hoy? Como el “Negro” Jefe, y a nadie se le ocurre sugerir ningún tipo de discriminación ni racismo en la expresión. El Negro Jefe es el símbolo de la garra charrúa, de la capacidad de sobreponerse a 200 mil personas que aguardaban la victoria del rival, del mayor triunfo en la historia del fútbol.
El Negro Cubilla fue la picardía, Campeón Uruguayo con Peñarol, Nacional y en el histórico Defensor en 1976, además de figura con la celeste. Su robo de pelota y su centro perfecto para Victor Espárrago en cuartos en México 70 ante Rusia quedó en la antología de la selección uruguaya.
Los Andrade no pueden olvidarse. José Leandro Andrade, la “Maravilla Negra”, deslumbró en Paris en los Juegos de Colombes en 1924, y repitió títulos en Amsterdam en 1928 y el primer Mundial en 1930. Veinte años después, su sobrino, Víctor Rodríguez Andrade, fue campeón mundial en Brasil.
En los 60, más allá de los Rocha, Abaddie,Sacía, Goncalvez, Matosas y Mazurkiewicz, fue el “ Peñarol de los Negros”. Alberto Spencer y Juan Joya Cordero marcaron una década, tres veces campeones de Libertadores, campeones del Mundo y múltiples campeones Uruguayos.
Uruguay volvió a los Mundiales en el 2002, después de doce años de ausencia, y el héroe fue el “Negro” Richard Morales, autor de goles decisivos ante Australia. Y en esa Eliminatoria, el “Negro” Darío Silva fue factor fundamental. En Sudáfrica 2010, el “Negro” Palito Pereira será inolvidable. Y tantos otros, porque siempre hubo un Negro en los grandes triunfos y a lo largo de la historia. Podría nombrar tantos otros, pero nunca alcanzaría el espacio.
Miéntras tanto, a Cavani lo quieren sancionar. En Inglaterra no entienden nada. Más bien, fue dicho, no quieren entender nada.
¿Alguien podrá transmitirles a los ingleses lo que han significado los negros para el fútbol uruguayo, y que el “Gracias Negrito” contiene un afecto que ellos, que colonizaron media África y le impusieron su ley y su poder, no comprenden?