Se comenta mucho de las ganancias que estas dos empresas generan para sí mismas, pero poco se habla de su aporte al desarrollo de la cultura emprendedora y el verdadero “derrame” que vuelcan en la sociedad uruguaya.
La cultura finlandesa, innovadora en aspectos como la seguridad y la educación, también se trasmite a sus empresas, generando una verdadera cultura empresarial de responsabilidad social.
A diferencia de otras experiencias industriales que se instalan en el territorio y al cerrar no dejan más que viejas estructuras en desuso, estas dos grandes empresas se preocupan por generar un aporte importante en el desarrollo local territorial.
Montes de Plata
Es una empresa conformada por 50% Stora Enso (Finlandia y Suecia) y 50% Arauco, con experiencia en fabricación de celulosa. Posee el complejo industrial en Punta Pereira en el departamento de Colonia (operativo desde 2014) que incluye una Terminal Portuaria, también cuenta con un vivero de primera generación en Fray Bentos para la producción de hasta 20 millones de plantines al año y la Terminal Logística M’Bopicuá ubicada en las márgenes del Río Uruguay. Además tiene una base forestal de aproximadamente 150000 hectáreas plantadas de Eucaliptus en 13 departamentos.
El 100% de dicha madera cuenta con certificación FSC® de Gestión Forestal Responsable. A través de un Informe de impacto económico del año 2019, revela que existen 400 productores asociados a través del programa de Alianzas y aproximadamente 2300 empresas proveedoras y el 92% de los empleos son en el interior de país de un total de 6500 empleos (equivalentes full time).
UPM
Kymmene Corporation, conocida habitualmente como UPM, es una empresa finlandesa. Posee su fábrica en Fray Bentos y se encuentra en proceso de construcción de su segunda plata en el centro del País.
Aporta a las comunidades en su área de influencia, ese aporte en ciertos casos también se canaliza a través de Fundación UPM y a través de aportes directos que la empresa realiza a proyectos o emprendimientos específicos.
En cualquier caso, lo que se tiene claro es que las propuestas que reciben, deben asegurar la sostenibilidad del emprendimiento y el aporte al mismo será decreciente, buscando que se auto sustente. Involucrar a los diferentes actores sociales, es una premisa clave.
Testimonio
DIFAP, es una empresa fraybentina fundada en 2008, son especialistas en Mantenimiento Industrial, Montaje y Construcción. Está constituida por un grupo humano que trabajaron durante la etapa de construcción de la planta de BOTNIA, al concluir esa etapa, mediante una visión compartida de personas de ese grupo humano, sus fundadores, deciden unirse para emprender mediante la formación de una empresa.
En consultas realizadas a sus directores, Sebastián Díaz y William Dotti, resaltan y enfatizan que su mayor capital es el equipo humano con el que desarrollan las actividades y al cual capacitan periódicamente.
Entienden que brindar servicios a empresas como UPM, KEMIRA y otras, es un desafío constante. Trabajar en un proceso de mejora continua es parte del proceso diario.
El cumplir con las normas de calidades exigidas, normativas en materia de seguridad e higiene laboral por encima de los estándares, les ha permitido acceder a otros proyectos. Ejemplo de esto, fue la realización del puente peatonal sobre el Arroyo Laureles, en la rambla de la ciudad de Fray Bentos. Proyecto realizado con fondos de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, compitiendo con empresas de distintos lugares de Uruguay.
Fundación UPM
La Fundación actúa como agente facilitador y articulador, acompañando el proceso de desarrollo que la comunidad experimenta, sin liderar o imponer modelos.
Todos los años realiza una convocatoria a proyectos con el objetivo de recibir propuestas desde instituciones, organizaciones y público en general que den respuesta a retos educativos y de desarrollo comunitario.
Con esta convocatoria se buscan proyectos que identifiquen una oportunidad para emprender y que generen impacto en el desarrollo de las comunidades de influencia establecidas por la Fundación, sobre la base de tres ejes de acción: mejorar el acceso a la educación, potenciar el trabajo en red y fomentar el espíritu emprendedor.
En 2019 se realizó una convocatoria abierta dirigida a instituciones locales y apicultores para que hagan uso de las plantaciones de eucalyptus que la empresa tiene en Cerro Largo, Colonia, Durazno, Flores, Florida, Paysandú, Río Negro, Soriano y Tacuarembó. Con ello, se buscó que los productores apícolas produzcan miel como producto complementario a la actividad forestal sostenible. Ese año 210 apicultores accedieron a plantaciones de UPM en Uruguay.
“Desde 2012 se trabaja en incentivar el ingreso de los apicultores a campos de UPM Forestal Oriental, en coordinación con instituciones locales que les asignan los sitios. Se busca favorecer al productor local, y al productor chico sobre el grande”, explica Magdalena Albornoz. Cinco apicultores individuales y el Grupo Apícola de Paysandú integrado por otros siete apicultores, recibieron la primera certificación mundial de cadena de custodia de producción apícola con origen forestal sostenible certificado PEFC en plantaciones de eucaliptus, tras participar de un plan piloto de certificación para productos no madereros del bosque.
Esta iniciativa beneficia a pequeños productores apícolas en su formalización, profesionalización, incorporación de tecnologías productivas (tipificación, análisis de calidad, etc.), capacitación, generación de escala y acceso a nuevos mercados. La principal ventaja de esta certificación para los apicultores es la valorización de su producción de miel y otros, a través del uso del logo PEFC, reconocido en más de 70 países. “Es un cambio de mentalidad para el apicultor, pero sin duda le abre puertas a su producto”, dice Gabriela Malvárez, secretaria técnica de PEFC Uruguay. La certificación de la cadena de custodia verifica y garantiza los procesos realizados y permite que la miel de estas características pueda acceder a mercados más competitivos del sector principalmente los europeos y asiáticos.
Los productores certificados son Roque Panzl (Río Negro), Carlos Demov (Río Negro y Paysandú), Martín Sarla (Cerro Largo), Federico Appolonia (Cerro Largo), Fernando Camejo (Florida) y el Grupo Apícola Paysandú integrado por Dardo Cima, Diego Termezana, Carmen Portela, Gonzalo Fernández, Edgardo de Gregorio, Uruapis SRL y Mauricio Ojeda con producción en campos de Paysandú y Río Negro.
Sin dejar de reconocer que tanto UPM como MDP incrementaran sus ganancias, producto de más trabajo y mayor inversión, el impacto que estas empresas tienen en el desarrollo local son de vital importancia si es canalizado además por los gobiernos locales y entendido por las comunidades.