En el mundo no sólo las personas mayores se deprimen por el aislamiento utilizado como medida preventiva de propagación del COVID-19 y Uruguay no es la excepción. Nuestro país tiene una de las tasas de suicidios más altas de América Latina, lo que hace imperativo tener a la mano las herramientas que le permitan a los pacientes ansiosos, depresivos o con trastornos, manejar la situación sin tomar decisiones que pongan en riesgo sus vidas.
Con la llegada de la pandemia al país son muchos los especialistas que trabajan sobre las alternativas psicológicas para tratar a estos pacientes. Actualmente no sólo existe el teletrabajo, en el área médica también se está implementando las videollamadas, lo cual permite atender y controlar estos casos y aún así se puede leer en los periódicos del mundo como médicos, actores, personas que no habían manifestado ningún trastorno psicológico, no saben manejar no sólo el aislamiento, sino también el miedo hacia este nuevo virus y atentan contra su vida, y en algunos casos terminan con ella.
Pedro Bustelo Psiquiatra, Epidemiólogo y exconsultor de la OMS dijo a El País; «Un uruguayo tiene más probabilidad de morir por suicidio que por un homicidio o accidente de tránsito». Dentro de las razones subyacentes, la más importante es la depresión (64%), seguida por el alcoholismo (15%), la esquizofrenia (3%) y la ansiedad (3%), señala el informe «una mirada a la salud de los uruguayos y las uruguayas en el largo plazo», publicado en febrero por el gobierno junto a la Organización Panamericana de la Salud (OPS).